Mi piel, mi cuerpo y todas mis dèbiles extremidades, asumieron... se resignaron a perderte otra vez. Lo que debo hacer es ocupar mi tiempo, porque si no voy a saber nada de ti, prefiero martirizarme con pequeñas diligencias. Asì lo prefiero... asì, natural... como siempre debiò ser... natural.
Texto agregado el 28-10-2006, y leído por 199 visitantes. (2 votos)