Desde la ventana veo castillos, mas alla vislumbro que desde sus ventanas me observan los despojos de muerto que acompañan mi cadaver hasta la tumba, me levanto y camino hacia el ventanal, veo que estan sentados cada uno con formas uniformes, semirectas, 2 grados ovaladas a la derecha del refragtor de luz, cuando abro los ojos los visitantes estan todos sobre mi, y tambien alrededor, pero son sordos, son tristes, son muertos, desde la tierra muerta, con el corazon muerto. Habitantes del teatro de la vida pero como titeres ante un titiritero sin gracia, publico amargado, cenil, anciano, lujubre y pesimista, todos como si de un baile se tratase, me enseñan sus memorias, recuerdos frios y afilados, cada uno me corta y me destaja, pareciera que sufriese de un paro cardiaco de tantos sentimientos revueltos en una sopa de maldiciones, caldo frio y rancio, melodico e inmortal, solucion salada que acaba facilmente con una vida. Es hora de saltar al vacio, es hora de afrontar lo dificil que es vivir atado pero lo facil que es morir por intentar librarse, sin embargo, es aun mas facil morir gritando por ayuda. |