SOLEDAD
Después de buscarlo por mil mares,
entre tormentas y huracanes,
entre rayos y centellas,
entre sol luna y estrellas,
vio recortada contra la tempestad
la figura del hombre de mediana edad
blandiendo al cielo una espada
que parecia estar iluminada.
Por fin tendria imagenes para el documental.
Allí estaba la leyenda viva de aquel hombre tan vital.
Dicen que es por una mujer que el recuerda,
que lleva un pie atado a una cuerda
atada a un palo que aguanta de su barco la vela.
Dicen que desafia a los elementos,
a los animales, a las personas, a sus inventos.
Lucha desde su barco, contra el mundo, por amor,
un amor que le proporciono dolor.
Dicen que en cada hombro lleva el hombre,
tatuado su nombre, Soledad.
El nombre de la mujer a la que amó,
el nombre de la mujer que lo atormentó.
Lo que no se sabe del hombre de mediana edad,
es que disfruta con cada tempestad.
Que las heridas del amor ya no le proporcionan dolor.
Las cicatrizarón los cantos de sirena bajo la luna llena,
los saltos de los delfines, los chorros de las ballenas,
en la mar en calma, en la mar serena.
Es amigo de los vientos, las tempestades,
los tifones, los huracanes.
Y ahora disfruta de su libertad,
disfruta de su soledad.
Aunque no olvida el porqué de llevar un pie
atado a una cuerda,
atada al palo que aguanta de su barco la vela.
CIELO-O-FARO
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