La próxima vez no olvidaré cerrar la puerta al salir. Abre tus ojos y date cuenta que estas parada en lo que llaman la última sensación, la culminación de algo que devora, no necesitas pedir deseos a las estrellas, ni siquiera levantar la cabeza para mirar el cielo.
No estoy enamorada, es sólo esta estúpida expresión que no se me quita del rostro. Nadie lo hace mejor que yo, amar es mi mejor cualidad. Miraba como todo baila a mi alrededor esta noche, la mejor melodia que hubiera escuchado y el tiempo era ese espacio entre nota y nota y yo en el medio de ellas. Pierdo el equilibrio, balanceandome de un lado a otro, seduciendo a ese silencio tan encantador, que me abraza y me espera, lentamente con una copa de vino en mano, camino en círculos para encontrarme en esta libertad de cuatro paredes, con un inmenso cielo de piedra.
Qué es lo que busco? Un amor tan dulce esta noche, que se siente junto a mi y disfrute de esta melodia en mis rincones, que se deje envolver en esta forma especial de amar, de querer o desear. Que sea imperfecto. Oh si, Dios que sea imperfecto! y enamorarme de cada imperfección suya, cuando intenta complacerme con sus gestos, enamorarme cada vez que se ruboriza, cada vez que suelta una tímida sonrisa. Sentirlo tan en mi mundo completando mis oraciones con sus verbos o que me mire mientras duermo. Sueño en que llegue el día en que toda esta espera valga la pena, siento tanto amor acumulado que se empieza a desbordar.
Puedo ser especial o hacerme chiquita y desaparecer, pero si de algo estoy segura Oh Dios, es que sé querer.
Y mi pregunta es:
Aún me amarás mañana?
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