Caros Lectores espero disfustren a partir de este día lo mejor de mis rimas.Gracias.
Las Coplas de Pancholín
Adiós, viejo camarada
de mi todo y de mi nada.
I
Adiós, viejo camarada
de bohemia y lecturas,
de impaciencias y escrituras,
de mi todo y de mi nada.
Adiós…a la pobre mirada
con el cual imploro un SOS
de salud al magno Dios,
repite con triste acento,
mientras te vas de mi aliento:
“Adiós, compañero, adiós”.
II
Treinta años, desde la escuela,
tú y yo junto caminamos:
tú en mi boca y en mis manos,
yo en tu lumbre y en tu estela.
El tiempo, vuela que vuela,
burlándose hasta de vicio
de mis décadas sin juicio,
me ha golpeado el corazón
y hoy me empuja a alta presión
a este adiós que es un suplicio.
III
¿Recuerdas, querido amigo,
nuestro colegio y la U? ,
yo abría los libros y tú
siempre estudiabas conmigo.
A mí llegaron contigo:
Bianchi, Kléber y Baldor,
Fausto, Gog, El Campeador,
Nietzsche, Kant, Marx, Unamuno,
¡Todos los libros!...ninguno
burló tu aliento lector.
IV
Mi largo enamoramiento,
¿Lo recuerdas?, con María…
me siguió tu compañía
siempre momento a momento.
Me seguiste al casamiento,
al nuevo hogar, al trabajo,
a la cima y cuesta abajo…
y a mi Diario, a este Vocero
que publica mi rimero,
¡hasta hoy me sigues, barajo!
V
-Jamás pensé repelerte
hasta hoy…ya va a suceder
porque en medio del placer
me estás causando la muerte.
Quiero volver a prenderte,
quemarte todo en mi boca;
pero frente al ansia loca
que me devora y consume,
me grita el doctor. “NO FUME”…
¡Que grito! Como me choca!
VI
Lectores: este versillo
lo escribí cuando el doctor
me prohibió en tono mayor
el tabaco, el cigarrillo.
¡NO FUME!...fue un estribillo
que corearon a rabiar
los míos en el hogar
y que acepté hasta el instante
en que trono mi talante:
“Hay que volver a rimar”:
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