SUFRIMIENTOS CON LA COMIDA

Yo soy muy delicada con la comida. Las judías blancas, ni verlas. Las comía porque mi madre me las ponía, aunque eso no ocurría siempre. Ella las preparaba cada quince días y yo aprovechaba que se iba a la cocina para tirarlas al servicio. Cuando volvía, me preguntaba:” Rosi, hija, ¿te comiste las judías?”. Y yo le contestaba: “Sí, mami, estaban riquísimas tan calentitas”. Pero ella no se fiaba y decía: “Rosi, no me mientas que no te saco de paseo esta tarde” Al final le tenía que decir la verdad y encima me castigaba sin merienda y sin paseo. El plátano tampoco me gustaba como ella lo hacía. Lo aplastaba con el tenedor, le echaba azúcar y me decía:”Rosi te he preparado un postre riquísimo”. “Caca”, decía yo en cuanto lo veía. Me lo comía pero con mala cara. Sufrí mucho con la comida.

Rosa Elena Balmaseda (C.O. Magerit)