Las dudas no existen,
Son espejismos de una realidad sutil
que por cobardía no quiero descubrir.
Lastimosa debilidad del intelecto
confusa, abrumadora, subliminal
… no me deja ver la gran distancia
que existe entre la emoción y la realidad.
Ay! Paradoja de la vida,
Cuán largos y sinuosos tus caminos,
a la vez cortos, insuficientes, ríspidos.
Me invitas a seguirte paso a paso
Hasta dónde...? hasta el final?
… que solo conocen quienes llegaron
y hoy ya no están.
Cómo aprender sin caminar?
Cómo escuchar mi eco sin hablar?
Cómo… sin armas de arsenal
librar una batalla que no es tal?
El tiempo es sabio y el devenir preciso,
permanece en el efecto de los actos que decido.
Peldaño a peldaño decidiré
ni antes, ni después del hecho mismo.
Y el día que llegue al fin,
cuando ya no esté sobre el camino,
me llevaré cada gota del tiempo que habré vivido...
como un rito de experiencia que sin saber o sabiendo,
con dudas o con aciertos, alegrías o lamentos,
con valentías o miedos, con certezas o suspenso,
trazaron la larga línea: mi paradoja = mi destino.