Tarde o temprano las aves dejan el nido y se van para volar solas.
Los hombres, fieles a la naturaleza, hacemos lo mismo.
Hoy, en la primera noche, al llegar a la pieza encendí la tele. Lo hice para disimular el vacío que dejaste. Para disimular malamente, tu partida y la soledad.
La verdad es que todo se ve vacío y súbitamente hay espacios que llenar.Hoy, tras 20 años y 55 días no llegarás no porque te quedaste donde un amigo, o en alguna fiesta, o porque estás de viaje. Hoy no vendrás porque dormirás en tu casa, la que por primera vez no es la misma para ambos, así en estricto rigor.
Te vas, a hacer de la vida una empresa, tu empresa. Las alas ya están completamente extendidas. Quizás un poco torpes aun, pero extendidas.
Hoy, me quedé solo nuevamente tras a poco descubrirte. Hoy marcaste varias vidas con tus propias decisiones.
Y para qué hablar de los nunca más. De los buenos y de los malos, obviamente. Para que hablar de tus respiros en la cama que estaba a unos metros de la mía. Para qué recordar la cuna azul y nuestras manos abrazadas con una unión que sería para siempre. Para vivir.
Pero tengo que tomármelo con normalidad. Así duele menos. Tengo que entender los ciclos de la naturaleza. Así son. Este es el testimonio de ellos. Quizás no haga falta decir que en 20 años uno se domestica. Si que lo hace. Para que despues la vida te venga a arrebatar los lazos y castillos que nosotros durante tanto tiempo hicimos. Pero nosotros no hicimos un simple castillito de arenas remojadas. No señor. Nosotros creamos una fortaleza enorme y que de piedra, no se romperá jamás.
Tengo que reconocer que la tele no va a llenar ése vacío que dejaste. No lo va a llenar, se nota en el aire.
A mi, déjame al Pelao y la Panda porque yo aun tengo camino en estas tierras. Ahora son mi responsabilidad. Y yo la de ellos.
Y sí, en estas ocasiones es donde tengo que decirte todo lo que te quiero. Porque así es. Yo a tí no te deseo suerte, yo te deseo éxito. Porque la vida no depende de las suertes sinos de los éxitos.
Partirás con los mejores vientos a tu aventura, a tu destino allá lejano. La vida nos esconde secretos y algún dia tenemos que partir para encontrarlos. Recuerda, eso si, hermanito, que éste no es un adiós sino un hasta luego. Y recuerda, también, que éste siempre será tu lugar.
Algún dia, ésta Águila en la figura de un Coronel partirá también de su Macondo, a las altas cumbres, a pelear las justas causas de sus 32 guerras civiles, tal como tu lo hiciste. Y no vuelvas, hermanito, no vuelvas porque significará que has fallado. Por eso, extiende bien tus alas mientras te decimos adiós en la orilla de nuestro pueblo, con el cariño de un atardecer más solo que el de ayer.
-A mi hermano Javier-
El Coronel |