Comenzaba el año 1983, Chile cumplía una década del golpe militar. Algunos aún trataban de recuperarse de tal episodio de nuestra historia que por desgracia las únicas victimas fueron los chilenos, aquellos que los consideraban “enemigos políticos” . Pero esta narración no trata de eso. Mi objetivo se dirige a un sitio en santiago en el cual una joven de veintidós años que estaba a días de dar a luz a su segunda hija, la emoción permanecía en la familia ya no sería una sino dos , los ingresos se reajustarían pero eso no era lo importante entregarle el cuidado que le da cualquier madre a su hijo o hija eso es lo que importaba.
Días antes del parto dieron la noticia de que el parto venia con complicaciones, para cualquier madre es un golpe fuerte al saber que su hijo o hija no viene normalmente bien y al asumir que cualquier cosa podría pasar era lo mas racional que podrían pensar, el día del parto llego y la intervención sería a través de una cesaría los temores invadían la fría sala de pabellón solo la disimulaba ansiedad de tener a su bebita en sus brazos, la sesión de parto resulto ser mas complicada de lo normal resulta que venia en forma vertical en efecto haría aún mas complicada la salida pronta de la criatura poniendo en peligro su vida, los médicos harían lo posible por salvar la vida de tal inocente criatura. Esa noche fue larga, casi infinita el padre no planto su presencia hasta la semana siguiente por asuntos laborales llego y fue incapaz de identificar a su hija y con la ayuda de las matronas pudo saber quien era, sus ojos se impregnaron de lagrimas era algo incapaz de soportar hay se mostraba la debilidad del ser humano en especial el hombre ver a su hijita en sus brazos y mirarla a los ojos fue algo que el mismo padre trataba de definir pero nada solo emoción. A la semana siguiente dieron de alta a la madre.
Como cualquier familia disfrutan del nuevo integrante de la familia, crean juegos para su gozo personal, las noches se acortan, pero todo es en vano la alegría es monumental con mucho cuidado le enseñaran valores en los cuales les servirían a la pequeña en el futuro envolverse en la selva urbana de la vida. Transcurren cinco años corría el año 1988 la bebe ya no es tal, ahora es una infante, juguetona como nadie, impregna el hogar con su alegría junto a su hermana mayor comparten juegos de niñas y además esperan la llegada de su tercer hermano o hermana que su progenitora una mujer ya mas madura espera en esos momentos, ahora serian tres integrantes en la familia: el padre funcionario del ministerio, la madre ya nombrada una esforzadísima dueña de casa, su primera hija de 8 años increíblemente hermosa Liliana su nombre, y kathy la menor de 5 años protagonista de esta narración.
Los años pasaban y la familia guerrero moreno se establecía como tal, llegó la década de los 90` y el árbol genealógico crecía nuevamente esta vez era una niña la tercera del matrimonio algo delicada de salud había nacido, era la mas enfermiza por lo mismo necesitaba de mas cuidado que sus otros hermanos , pero saldrían nuevamente adelante además del cambio de ciudad los llevaría a encontrar un nuevo ambiente en el cual empezar nuevamente era un sacrificio que les era obligación afrontar talvez por la situación económica en que se encontraban sin saber que nacerán nuevos problemas que nadie esperaba . Pero no me voy a referir a lo que sucedió después porque esta historia se relaciona sobre mi negrita aquella persona que durante nuestra infancia le provocábamos las situaciones mas increíble que ni ella esperaba tener y por lo mismo en el momento detestaba eso si nunca los delato, hasta ahora cuando hemos empezado a contarlas como anécdotas de nuestras vidas pasadas. Como no recordar esas oportunidades cuando no queríamos comer y nos obligaba a serlo, o cuando nos arrancábamos por la ventana del baño con motivo de fastidiarlas y hacerle perder el tiempo sabiendo que si no tenían las cosas en la casa ordenadas se llevarían un reto gigantesco y mas aun no saldrían a la noche, por lo mismo le convenía salir de tras de nosotros una y otra vez ahora me arrepiento de haberles provocado tantos problemas, ahora me arrepiento de no haberle dicho nunca un te quiero o hermanita linda siempre con palabras hirientes, malos tratos que después en las noches tenían que desaparecer para no despertar sospechas de que ocurrían tales cosas.
En la actualidad ella no esta, me hace falta como hermana entiendo que es su pasión pero si tuviera una nueva oportunidad de estar con ella lo primero que dejare volar de mi boca es un te quiero y lo que antes era una palabra de burla hacia su color facial hoy es mi forma de decirle “ mi negrita “ .
(Para mi hermana kathy).