Silencioso se acerca,
el es tu sino.
En la oscuridad acecha,
el asesino.

Desliza su arma
por tu cuello,
atraviesa tu garganta,
te lleva al eterno sueño.

La sangre brota
como un río rojo.
Su abrazo afloja
y de ti queda un despojo.

Vuelve a desaparecer,
tal como vino.
No se le volverá a ver
está de nuevo en camino.

Una nueva misión,
tiene un nuevo objetivo.
Busca tu salvación,
tu eres su destino.

Y hallarás la muerte
sin siquiera enterarte.
No lograrás verle,
tu corazón ya no late.