Las dagas. Romeo y Julieta. El filo de las navajas. Canciones como regueros de pólvora mojada. Uñas descoloridas por el tiempo. El desgaste es una e irrefrenable. Corazones rotos por todas partes y el olor, ese olor a manzanas…
Un reloj azul, nombres… ¿Coincidencia? No lo creo. La mañana, la tarde, la noche conmigo, contigo y la brisa. Velas que encandilan. Miel. Espinas afiladas que no pinchan ya a ese corazón, y el dolor y las manchas del color que nos contrasta.
Amo el olor de la lluvia. Sólo soy feliz cuando llueve, cuando el viento me trae la noche, cuando me siento natural, o nacida con el sexo equivocado, por el simple hecho de ser un desastre. Por qué siempre llueve sobre mí.
Yo, tú, él, nosotros… Nosotros… ¿Nosotros?
No te veo, veo que no estás, la vida se acorta día a día incesante y sigo sin encontrarte. ¿Existís?
Mi mano en la marca de lo que fue un dolor visible y claro, palpable. La herida no lo fue.
Hornos de barro cociendo esperanzas truncas. Caminos que comienzan a transitarse lenta pero firmemente. Una solución, una respuesta… La pregunta del millón. No pienso pronunciarla.
El amor, el odio, la culpa, la pena, la lástima, el dolor, el placer, la alegría, la decepción, la autocompasión, la autodestrucción, la credibilidad. Sexo, sangre, arena, hojas secas. Hojas muertas.
Fotos en blanco y negro que te muestran sonriente.
La mañana, la tarde y la noche a tu lado.
Nada me saca de tu recuerdo. Nada te saca de mi cabeza.
23/1/03
Banda de sonido: Garbage.
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