La claridad del dia impregnó de un perfume mágico el ambiente, la desazón del arrepentimiento mitigo las sensaciones de explotar que comenzaba a sentir florecer,
Sentía tantas veces que estaba de vuelta de todo, que mi imagen era la de una persona que siempre estaba en la casilla de salida.
Y quien era yo, para convencer a una multitud de que estaba equivocada.
Alzado y pensativo, creé formas que rodearon mi cuerpo como una enredadera, poblaba toda mi superficie de ramas espinadas, sentí que más que protegerme causaban llagas sobre la piel desnuda.
Había escuchado en mi cabeza demasiadas personas, había escuchado demasiadas palabras que como un eco, resonaban en mi mente sin quedar arraigadas..
Sabía que color tenía el cielo, pero ignoraba totalmente los tonos de mi figura errante.
Me agaché y recogí un papel del suelo,
Lo leí,
Lo arrugué,
Y finalmente lo lancé a la basura.
¿Que mensaje ocultaba?
No sé, se perdió con el tiempo.
Caí tantas veces que de nuevo me vieron en el suelo eternamente,
Volé otras tantas, que me vieron en la cima de todo, efímeramente,
Pero quien era yo para convencer a los equivocados.
Aquel día notaba que todo lo que me rodeaba, desprendía un color diferente, el aire era fresco, comenzaba el invierno.
Y quien era yo, sino alguien que nadie conocía y todos olvidarían, un ser con un pie en el suelo y una mano en el cielo.
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