Con piel de porcelana, mis modales son tiernos y gentiles, mis ojos todo lo abarcan sin que una mirada se escape al horizonte de las necesidades. En ocasiones el tiempo lo propone, cambio es la pauta del día, pero no puedo negar el gusto por mi pasividad perenne.
Mi libro de cubierta lasciva, con hojas escritas por ostentosas romanas, enseñan los devenires del este y el norte, mientras que yo parado sobre oeste, siento cómo caigo en la opresión de esta desgraciada dádiva, escribiré uno can tebanas.
Pero si bien, no es todo lo que importa, paso una a una las hojas, sin soslayo alguno, y me doy cuenta que también nada me importa.
La rutina se me hace de a poco sólo una tilde en la hache, los rostros se ponen cada ves más violeta con el paso del tiempo, la verdad es más aparente con cada luna llena roja.
Como es obvio cancer me designaron, no puedo hacer nada gracias a esta enfermedad blanca, pero sin embargo dicen que hay peores cosas, que te pronostiquen pisis por ejemplo, pero por mucho que me pese no es tan mala sentencia, no cuando corro a lomos de un corcel con arco y flecha.
Mi muerte se acerca, los síntomas más floridos son evidentemente la felicidad y la verdad de presenciar mi ser integrado. No puedo evitarlo pero espero esa transición que me separa del resto, nunca es grata la muerte en sí pero es ansiada como necesaria. De ese otro lado no existen personas, al menos al país que iré, pero es exactamente igual que acá, los mismos monumentos, los mismos edificios, los mismos basurales, los mismos demonios. Doy gracias que no tendré que aprender ninguna lengua nueva, hablan todos la misma. Por el momento no es mas que una añoranza, una ilusión de niño transparente, además cuando pienso en esta posible, la nostalgia se me cae de los ojos, tanto tiempo en mi ciudad para ahora dejar todo atrás, a mis abuelos, a mi hermano, a mis tíos, a mis primos, a mis amigos, a mis juguetes, a mí; debo cansarme de la palabra por que allí no sirve.
Ya es un hecho, la arcilla debe ser separada del barro y el manantial del río, por más que en sustancia sean lo mismo, unos tienen objetivos nobles.
No se preocupen, ya morirán ustedes también, incluso algún día moriremos juntos, además estaré muerto por ............... ningún tiempo y seré bautizado por diez alas de hermafrodito.
Para el velorio no tendré flores, sino que quiero una túnica gris, un sable inglés, un pentáculo de plata y mucho aroma a alcanfor.