oh señor dueño de todos los cielos,
has posible que este servidor fiel,
pueda retomar nuevamente su vida nomal sin traumas, como cuando, en ausencia de este mal que estoy contrayendo de a poco,
correteaba libre de culpas por parecerse,
a un idiota con pensamientos ausentes de horas de catedra.
por este motivo preocupante es que siento finito, como escapan de los labios de mi boca sucia,
con la fuerza de un garrotazo vil sobre una campana de bronce, mis dichos desesperados que dejan escuchar, seguramente palabras absurdas, dentro de mi berborragia siempre suaves y educada, aunque sin la debida autorisacion del que en definitivas habla, con los poderes de la razon y la fuerza de la identidad;
no permitas que siga estando empantando como lo estoy, en este camino retorcido, en esta clase de retardo mental que me sume, como en un laberinto sin salidas de emergencia hacia la paz de la libertad de la coherencia.
devuelveme la cordura que es mi tesoro mas preciado, aunque mas no sea por un momento,
si es que puedes escapar airoso de tus obligaciones permanentes y gloriosas,
pues estoy perdido en la nada como un cordero ciego que busca a su madre fallecida.
no encuentro, quiza por exeso de cobardia,
la manera de ausentarme de esta vida,
a cambio de estar libre de boberias como de las de una feria de trueque vulgar,
por eso es que te imploro incado a tus pies, auyando con la rabia de un lobo enfermo de soledad.
adonde quiera que se encuentren,
mi corazon y mi cordura, de aqui les hago llegar la fuerzas del rezo, pues intento sofocar las heridas, de un sentir psicodelico con las caracteristicas tipicas de un huracan furioso en erupcion desenfrenada.
tu sabes muy bien, y por ello habras de concederme la dicha de la solidaridad socorriendome pronto,
que fui un cosa lucida, hasta antes de contraer estas nupcias obligadas, con estos fantamas intrusos que sostengo como huevos de piojos en los cabellos, y que ademas, dormitan como panchos por su casa dentro de su patria,
que no es mas que mi propio imaginario momentaneamente nulo de exelencia,
cojeme en tus brazos de bombero voluntario y no me sueltes nunca por favor.