La vida es un laberinto del que nadie puede salir hasta que muere y solo Dios y los muertos saben qué es lo que viene después. Si es bueno o es malo, por el momento no me gustaría averiguarlo porque prefiero vivir (que es lo real, lo tangible), además: ¿Existe Dios?, ¿Existe algo más allá?, ¿Me encontraré con mis seres queridos?, ¿Para qué vivo acá si puedo vivir con ellos eternamente?...
Estas preguntas me atormentan desde pequeño pese a la fe de mis padres y mi familia. ¿Porqué creer en alguien que ni siquiera ellos están seguros que existe o han conocido? - Es fe, me responden - El buscar una respuesta quizás tan solo me haga daño y debería pensar como ellos; pues ésta pregunta me enferma y solo aumenta mi ansiedad, mi desesperación día a día…¡¡pero no puedo!!
La vida no tiene sentido a menos que queramos dárselo y aunque parezca fácil, ¿Qué logran o encuentran los que no lo hacen?; Únicamente, terminan hundidos en el hoyo de la depresión o peor aún, en un hoyo bajo la tierra…pero me sigo preguntando: ¿Habrán obtenido una respuesta a la pregunta que los hizo tomar tan drástica decisión?, ¿Lo lograron?, ¿Fueron valientes al optar por una respuesta rápida o fueron cobardes por no esperar a un final “justo”? (no entiendo porqué catalogar de cobarde a alguien que hizo lo que muchos de nosotros no nos atrevemos a hacer?; además, ¿Que tan justo puede ser el morir cuando alguien superior lo decide?; ¿somos juguetes o marionetas?, ¿Mi vida es un videojuego en el que alguien decide cuando debo morir y eso es justo?)…
Es por todo esto que alguna vez me entretuvo leer tanto a Weiss, tratando de vendernos que hubo algo antes o que habrá algo después; ¿Existen vidas pasadas y/o vidas futuras o es tan solo un truco de marketing para que compremos libros?; Es el mismo concepto tomado por la iglesia cuando nos promete que acorde a nuestro obrar en la tierra seremos recompensados en el cielo; promesas muy etéreas que buscan guiarnos cual ovejas ciegas hacia un mismo camino: El de su conveniencia.
Guardando distancias al momento de comparar autores, tenemos otra incógnita o tormento universal que alguna vez nos ha aquejado a todos: ¿Existe el destino? Cito a Coelho dentro de la literatura espiritual entretenida o ligera (cuentos digeribles) y en el otro extremo al buen Niestzche, denso con ideas tan simples, pero escritas de forma que seguro ni él entendía.
Sin embargo, tenemos a quien creo, se acerca más a la realidad o quizás sea mi formación la que me lleva a ello: Erich Fromm. Al igual que él, creo en el poder de decisión del hombre, anulando totalmente al destino etéreo o marcado por los astros desde el momento de nuestra concepción y/o nacimiento; este tema es mas terrenal como el esforzarte de acuerdo a tus propias convicciones, valores y esfuerzo.
Esto, nos invita a pensar que hay que buscar motivos y seguir con la vida ya sea como amiga o como enemiga; pues debemos seguir intentando llegar a ser ese “alguien” que cada uno quiere ser o alguna vez de niño soñó ser sin creer que las cosas nos caerán del cielo ¿no?.
Al escuchar o leer a tantos que dicen que el paraíso está acá en la tierra, me quedo pensando que si éste es el paraíso, ¿Cómo mierda será el infierno?, o simplemente, ¿como será lo que viene después si viene algo?...
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