En este mundo de engañados en donde son pocos los que no se dejan confundir por la radio que te vende, y te compra, y nadie te indica la salida de este infierno, en donde tu que eres un numero, que para el estado un número que solo vale según tus aportes, y simplemente si no aportas no vales nada, algo extraño pasa aquí en la selva de concreto, todos corren, dicen que la buena nueva es que todos tenemos derechos, ¡derechos! Pensé que ya los teníamos, corrí para ver que tan cierto es, no entendía a la gente, la gente se emocionaba, aplaudía, gritaba y agitaba banderas, decidí regresarme y al pasar por una iglesia, el parque, y dos bares, entre en el mas simple con las pocas monedas que me acompañaban compre dos cervezas, y a pesar de la música se escuchaba a lo lejos, la algarabía fue allí donde entendí lo que pasaba, con lo simple de la vida entendí que un “señor” como sucede cada tres o cuatro años jugaba con los sentimientos del pueblo, un pueblo que sueña con que sus derechos no sean una quimera, por que ese pueblo que se ilusiona por un futuro mejor, no para ellos sino para los suyos, niños a los cuales no les interesa que sus derechos estén escritos si muchos de ellos no saben leer ni escribir, que no les interesa que tienen derecho a jugar si tienen que trabajar en un semáforo, que no les interesa saber que tienen derechos al respeto si tienen un padre o peor aun un padrastro que llega en las noches a casa borracho a gritar, inician pateando puertas, para terminar pateando a los niños, lo que también dicen que tienen derecho a una vivienda digna, como si la vivienda digna se encontrara debajo de un puente, o pero aun en la alcantarillas y si tienen suerte amanecen con algunos cartones como cobijas en el suave y blando concreto, en un cajero automático, que les importa saber que esta escrito que tienen derecho a una buena alimentación, si en las tardes almuerzan lo que los perros rechazan de los basureros y la sobras del restaurante que muy amablemente le pasa en un bolsita plástica, por que el caso es de hambre, y para la noche es mas fácil disimular el hambre y el frió con un pequeño frasco de bóxer y así terminar el día, me gustaría saber a que niño le interesaría saber que sus derechos están escritos, por que los le interesa es en realidad vivir como niños, ser unos niños, en este mundo es el que se vive, entre tanto el “señor” que logro que miles de personas soñaran con un futuro mejor para los suyos, se logro forjar un mejor futuro para el y los de el, sin importarle que un pueblo soñador, continué su supervivencia y los pequeños juegen con al ilusión de tener derechos no escritos sino reales, derechos que se puedan vivir, que se puedan gozar, que se puedan sentir. Ya sin mas monedas para la próxima cerveza y después de esta breve reflexión regreso a mi realidad en donde continuo sin creer en nadie ni en nada, porque al no tener nada no soy nadie, y cuando llegue a ser alguien voy a valer mucho, entre bares y cervezas aprendí con mi sueños hecho pedazos, con las heridas de un policía, que este es mi mundo, y tengo que vivirlo