Ya no había motivos para ocultar esa impunidad. Aquella sensación oscura emanaba en cada uno de mis gestos y palabras. Era el momento preciso para exhalar viejos rencores. Cuando comencé a hablar con la amiga de mi padre, sus ojos cristalinos reflejaron el dolor. Vi fluctuar su rostro entre el miedo y la angustia hasta que detuvimos la charla bajo una mirada cómplice. Entonces, ambas continuamos odiándolo a la par...
Texto agregado el 28-01-2004, y leído por 361
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Lectores Opinan
29-01-2004
Me admira la capacidad que tienes de escribir de forma concisa y concentrar tanta fuerza de pasiones, sentimientos, odios, rebeldias. Dice mucho este texto. Besos maravillas
28-01-2004
Ese lenguaje de miradas es el más peligroso cuando son un par de mujeres las que se conciertan. Eso sucede a menudo, Anita. gui
28-01-2004
.. interesante.. creo que sirve para reflexionar... hay que leerlo dos veces jejej.. un beso esquizofrenica