Huir, huir lejos, no importaba donde si iba con ella, cuando cruzamos los Pirineos pensé que iba a ser la última vez que los vería, lamentablemente no fue así, y mientas danzábamos felices cogidos de la mano en los aquelarres de brujas o vampiros, ya sea en Francia o en la bravía Italia, pensé ilusamente que la sombra de la Inquisición y su manto no nos alcanzarían, tristemente tampoco fue así… escapábamos recorriendo pueblo por pueblo, región por región y a veces nos olvidábamos que debíamos huir o por qué huíamos, hasta que descubríamos algo hecho que delata la cercanía de ellos, o sencillamente nuestra presencia por nuestras propias costumbres despertaba muchas sospechas y debíamos seguir nuestro peregrinar… y yo amaba esa vida errante, de vagar sobre la faz de la tierra junto a mi amada, de conocer y aprender en cada viaje, de partir sin decir adiós…
Ahora que veo los leños de la pira de fuego que impaciente me esperó anoche, y que se extinguió lentamente mientras escribía estas líneas, pienso en nuestra hermosa vida juntos y la comparo con la melancolica existencia que llevo y creo que mi vida ha sido un continuo leño quemándose, impaciente por carbonizar el último hálito que queda en mí y así apagar la llama de mi atribulada existencia…
Mi Airn, mi bella Airn, cada noche siento tu presencia en mi derredor, tus pisadas juegan en mi mente y tus manos en lo que queda de mi corazón, pero al mismo tiempo mis recuerdos me castigan por haber realizado lo que hice, por cada pecado que realicé a ti, por cada falla que te hice, por cada falta que te cometí, he roto mis brazos una y otra vez derramando mi sangre noche tras noche, tratando que el dolor físico aplaque el dolor intenso que siento por mi culpa.. oh mi bella Airn como añoro escuchar tu voz o ver tu dulce mirada .. oh como deseo desgarrarme, tratar de pagar mis culpas, pero ya pronto la hora llegará.. por mientras sueño con ella y rememoro nuestra historia, antes que el polvo de mi cuerpo se esparza, y que el tiempo borré mi existencia..
Aún recuerdo cuando en las costas de bretaña Airn tomo mi mano, me miró tiernamente y empezó a recordar su historia, y con su voz dulce me dijo: Nací en el año 1102 según la era cristiana, en una pequeña aldea a las orillas de la costa oriental de Irlanda. Recuerdo que de niña lo que más me alegraba era caminar sola, con el viento peinando mis cabellos rojos y ver como el verde de mi tierra se mezclaba con el azul intenso del mar, tal como nuestras manos con sus dedos están entrelazadas ahora, así entre ellos se funden. Me gustaba sentarme en los roqueríos, allí donde el mar mostraba toda su elegancia y belleza …
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