-¿Te fijas que estamos solos? nadie se ha fijado... todo el tiempo hemos estado solos... hace una hora que estamos solos... y tú... ahí... pegada en la almohada... como quietecita...
¡¡OYE!!! te estoy hablando... ¿oye? ¿¿OYE??
¿¿Catalinda?? CATALINDA!!??-
En esos momento sus pelos se erizaron... como en el invierno recién pasado... toda una vida juntos...
Observó de reojo la cara de Catalinda, sin atreverse a observarla detenidamente... esa cara... de la que se enamoró... aquél día que la conoció... hace doce años... lo recuerda como si fuese ayer... doce años juntos... ¡¡¡OOHH!!! ¡¡DOCE AÑOS!!
-...espera... que??? en tu... ¿¿¡¡QUE!!?? ¡esas... SI... ESAS PASTILLAS!... te las tomaste... las dejé por equivocación...
Las consumiste... como si fueran unas simples pastillas para el dolor de cabeza...-
En aquel momento, se deslizó lentamente por la cama... hasta quedar fuera de ella... caminó hacia el armario... sostiene inseguramente un subfusil... de esos... de la guerra... lleva el caño a su sien... apretando bien las muelas...
Desliza lentamente el pasador...
Presiona el gatillo despacio... pero seguro...
En aquel corto momento... como si jugara accionó aquel trozo de metal...
¡bang! fue su ultima palabra...