El suicidado
El cuarto esta tal cual lo dejamos anoche, nadie estuvo entonces después de nosotros, eso me tenia preocupada. Solo vos rompes la monotonía que tengo tan vista. Quedaste como te dejamos, en el piso, contra la cocina, sentado de piernas estiradas, la mano izquierda agarrando el cañón del 38, la derecha apretando las cachas blancas, con el índice apoyado en el gatillo. Que trabajo fue ponerte en esa posición para que todos quedaran convencidos. Parecías presentir algo, demoraste mas que nunca en empedarte, pero al final quedaste bien borracho como siempre, y pudimos hacerlo. ¡Estúpido!. ¿Nunca entendiste que no podía divorciarme de vos?, ¿que si me divorciaba me quedaba sin la tierra?, ¿te creés que tu abuela igual me la heredaba...? teníamos que matarte para que yo enviudara, no teníamos otra, por eso hicimos lo que hicimos.
¡Pobre infeliz ! Si pudieras ver como terminaste... con el pedo que tenias ni te diste cuenta que aquel te hizo “suicidarte”. A fin de cuentas, resultó fácil, y ahora tengo que venir a mirarte y a hacerme la llorona como si me importaras algo, si nunca me importante nada. Y este otro que viene a consolarme, como me gustaría gritarte: “¡Por qué no te morís vos también!” pero no se lo puedo decir y tengo que seguir la corriente, total nunca se podrán dar cuenta de que fue lo que realmente pasó aquí, no tienen como. Mira como quedaste, pareces un muñeco sin cuerda y para un balazo en la boca te salió poca sangre. Sé que siempre te consideraron un loquito y sé que hablaban de mi, pero de donde van a sacar sospechas, por eso aquí me tenés entre todos haciéndome la dolorida. Manga de tarados. Todos me tienen lástima. ¡Busquen nomás, busquen! Lamento que aquel no este para mirar esto también, si todo nos salió perfecto. ¡Siempre fuiste tan tonto!. Si vieras tus ojos entreabiertos y esa mueca en la boca con un hilo de sangre... Esta vieja maldita que me mira llorar y sospecha.
Yo se bién que sospecha, pero miráme nomás, miráme... ¿que vas a poder probar vieja?, ¡nada! lástima que no te lo pueda gritar en la cara, ¡¡nada!! ¡nada podés probar!. Como hago para sacarme a estos de arriba, para que no molesten más, ya me incomoda verte así tanto tiempo. Pensar quei casi largo la risa cuando hice todo ese teatro al recibir la noticia. ¡Que novedad me daban!.
Ya se: hago que me desmayo, caigo en la silla y que me saquen, ya aguanté suficiente. ¿Pero que hace aquel?. ¿Qué mirará ese milico en la repisa de la estufa?. Las viejas me tapan y no me dejan ver lo que está mirando con tanto interés... no poder decirles a todos que me dejen quieta, que a mi esto me tiene sin cuidado, que no me consuelen mas, déjenme quieta. Era una foto lo que miraba...¿qué foto tiene en la mano...? ¡pero esa foto no estaba allí ayer!... ¿o estaría y no me di cuenta?. Me quiero morir, allí estamos los tres el día que fuimos a cazar capinchos y aquel tiene el 38 en la cintura, si se ven claritas las cachas blancas. Si este milico saca cuentas... ¿cuando pusieron esa foto allí?. ¿Quién la puso?. Y el tipo ahora esta mirando el revolver. Me parece que se va a avivar, me tengo que ir. Vos eras demasiado abombado para hacer algo así... pero esa mueca en tu boca ahora parece una sonrisa, es como una sonrisa. Si, una sonrisa parece. ¿Estas sonriendo, porquería? Ese milico me viene a hablar y aquel no está para ayudarme, qué hago, cómo zafo de esto, que le digo por Dios... ¿Porqué me estas sonriendo?, no te sonrías... ¿no me oís?, ¡no te sonrías por favor, no te sonrías!.
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