MADE IN CHILE

Esto se llama Made in Chile, porque dudo que en otras partes del mundo pasen las cosas que ocurren acá.

El otro día fui a una oficina del banco a cambiar un cheque, iba con temor por decirlo así, no porque sospechara que me asaltarían ni nada por el estilo, solo que como era día viernes y además las 13: 00 hrs. Lo más probable era encontrarlo lleno y con una fila larguísima, pero en fin no había más alternativa, grande fue mi sorpresa cuando al entrar constaté que había solo diez personas en la fila, supe entonces que la felicidad existía, porque no me van a decir a mí, que una no se puede sentir completamente feliz con una situación así en una oficina de banco en pleno paseo Ahumada.
Todo iba muy bien hasta que llegué a la caja, porque ahí comenzó el episodio bastante ingrato para mí. Lo primero fue que no me podían cambiar el cheque porque mi carné estaba bloqueado, lo cual es verdad ya que lo perdí y obtuve uno nuevo, pero luego lo encontré, el problema es que el nuevo lo dejé en casa y seguí usando el antiguo, bueno hasta ese día.
Me fui a hablar con el agente de la sucursal para explicarle mi situación pero dijo –No hay ninguna posibilidad, es política del banco – entonces fui a hablar con el jefe, pero lo mismo, cero posibilidad. Pensar en ir a la casa a cambiar el carné no tenía sentido, por la hora. Luego de un rato y después de emputecerme con todos los funcionarios me di cuenta que el cheque estaba abierto y entonces llevé a cabo mi venganza.
Me dirigí a la fila para pedirle a alguien que cambiara el documento por mí, pero el primero me dijo rotundamente que no, y una niña que estaba frente a la caja me llamó y se ofreció a cambiarlo ahí mismo, frente al cajero, al jefe y a todos los que aseguraron que no podía cambiarlo, con el pecho inflamado de rabia y con la adrenalina la máximo endosé el famoso cheque y se lo pasé a la niña. Recibí mi dinero y sonriente pasé por frente al jefe del banco sonriendo burlona.
Creo que era una cosa de buena voluntad, nada más que eso, pero que rico fue firmar ese cheque en su cara y que luego me dieran mi dinero y ellos sin poder hacer nada, fue mi venganza, claro ayudada por la solidaridad de la colega que se ofreció.