Negra luz de neón

No sé si es posible que un ser pueda vibrar en un tiempo que esté fuera de los tiempos de la realidad.

En tal caso...

El implicado se hallaba sentado en las escaleras de piedra de un templo. Pestañeaba, inmerso en sí mismo en la nada; sin una fuerza externa nada es (principios de la inercia).

- ¿ahora quien eres?

- una niña de cinco años

- ¿Y ahora?

El implicado sonrió y ella vió moverse las comisuras de sus labios soportando presiones del infierno.

- Ahora soy Barnaradás!! - señaló con el lungo dedo hacia el espacio vacío frente a ambos y a los pocos segundos apareció un chico con una franela estampada con un dibujo del Bosco.

- No es el Bosco! - gritó Barnaradás y se acercó al chico que se lo quedó viendo - ¿Tienes una franela bajo esta otra? - preguntó Barnaradás al chico. "Sí" - contestó el chico, - ¡Muéstrasela a ella! - dijo Barnaradás.

Efectivo, era una cosa infernal roja que no era el Bosco..., ello no prueba nada, pero lo cierto igualmente es que no hay nada que mostrar.

En el mundo los parques son verdes... en el mundo, a menos que se lleven lentes de sol de color lo cual es trampa. Pero en el mundo los parques son verdes y las noches oscuras, matizadas sólo por culpa de la Luna que crea diversos tonos de oscuridad y eso relaja un poco al corazón.

El implicado se esconde, a veces trás un árbol, otras veces tras de una roca, otras tras un carro, otras, más locas, tras un insecto grande de patas redondas y entonces los edificios son colmenas y no hay nada en este mundo que pueda detener la locura del implicado (el asfalto es baba soltada por algún insecto devorador de planetas y un extenso etc...)

Subirse a los árboles a arrojar mierda a los transeuntes...

En las discotecas, se enciende su calva cabeza como un bombillo negro de neón y se mueve rápidamente tratando de hacer soltar la carne de los huesos, fuma un cigarro, fuma dos, fuma tres y todo es odio... hasta que se conecta.