ROGAD A DIOS
“ que ellos se vean
como nosotros estamos
de cabeza en un zarzal”
- ¡ Ruega a Dios por nuestros amos!. - ¿ Has oído Marinela?:
Pero Marinela tenía otras cosas mas importantes en qué pensar, que en estar dándole vueltas y vueltas siempre a la misma rueda. Sonriendo y como a media voz, -le susurró- .
- ¿De cuáles me hablas, tía?, ya sabes que yo no rezo.
- Ah, no!. ¿Y qué haces entonces, cuando subes la Galea como un gato montés, soltando risas y hablando sola?.
- Ya te lo he dicho tía, que hablo con Dios, no rezo.
- Pues ya sabes lo que tienes que decirle, cuando llegues a los zarzales a coger moras. Ahí!, que metan la cabeza ahí todos,! toditos!, que ni el chiquitín se salve, que será grande un día y se volverá como todos los suyos.
- Mira que eres, tía, ¿ porqué no subes conmigo?, para que se te borren todas esas ideas de la cabeza.
- Muy bonito,nena , con todo lo que me explotan y ahora resulta que soy yo la mala. Y a ti, ¿ qué crees?: Espera que crezcas un poco y.., ya verás. No te van a quedar ganas de charlas. Y, ya veremos, entonces, si Él hace algo. A lo mejor, hasta tienes suerte y, mira, Dios te lo arregla para seguir charlando.
- No te pongas así tía, que estás siempre como malhumorada. Ven a la Galea conmigo, -le suplicaba-. Después yo te ayudo con la huerta y con la plancha, y a la tarde hacemos fuego en la cocina y, con las moras: ¡ mermelada!.
- ¡ Pero qué dòn tienes Marinela!, para cambiar los humores de la gente. Anda vamos!, que ya me pica la curiosidad de esas charlas.
Y juntas, abrazadas por el talle, subieron por la cuesta de la ermita que lleva directamente al sendero de los zarzales. El sol empezaba a subir avanzando el día, y febrero adelantaba al calendario la primavera.
-¿Has visto, tía?. ¡Qué bonito está el campo! . Y no seas agorera, no vengas con esas patrañas de que, primavera avanzada, primavera perdida, que las estaciones no tienen amos, ni la flores, ni las moras de los zarzales, ni el agua del río de Majaceite, ni la fuente de los caños. Dime, tía, ¿ es que tienen amos tus ojos?. ¿ Y tu risa?………
- ¡ Dios mio! , Marinela,. ¿ Qué te hace hablar así, hija?
- Anda respira, tía que el aire también es libre.¡ Silencio!, shsss.. escucha, ¿no oyes a Dios en la brisa?. ¡Ven!, ven ¡ corre!, que el arroyo de la fuente hoy nos trae buenas noticias. Pero responde, tía, ¡por Dios, no llores!, y mira, ¿es que no ves los colores?. Ahora, mira allí, en el horizonte, es donde Dios nos escucha. ¿No te ríes?, ¿No sabes lo que te dice?. Que vengas todos los días tia, que El también quiere charlar contigo..
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