UN PALETO EN CAN CUN
Coño, que cojonudo panorama: el sol del Caribe en pleno, la fina y blanca arena, el mar turquesa y el cosquilleante presentimiento de la conquista. Todo marcha bien. Observo que varias miradas femeninas se posan sobre mi figura durante el trayecto del hotel a la playa. Y es que no es para menos. No se ve cualquier día a un hombre como yo.
Jodios nórdicos que se enfundan esos calzonazos a manera de bañador para ocultar la barriga. No, yo la exhibo. Cómo jolínes no, si la he cultivado con esmero, y dinero, mucho dinero en suculentas comidas que dejan huella. Aquí está la historia de todos esos platos de paella, de preferencia negra, cientos de codornices, corderos y terneras, así como los más finos embutidos y delicados postres. Y desde luego, los vinos y licores costosos, y fuentes, mejor dicho, ríos de cerveza.
Inhalo profundamente a la orilla del mar y me embadurno de bronceador. Coño, que bien me queda esta tanga de piel de jaguar. Y piel auténtica, que coño, nada de sintéticos, que se jodan los gatos que para eso están aunque la vieja Bardot salga ahora con su chochera de la preservación de la vida salvaje y esas leches.Ya se quisiera haber visto forrada como
Jane metiendo mano bajo el taparabos de Johny Weismuller, el auténtico hombre mono, que así debo verme ahora.
Y bueno a tumbarme en la poltrona que ya caerán, es cosa de esperar. Claro, aquí viene el ofrecimiento. Una rubia y otra morena, la primera americana, esbelta y con un bronceado que deslumbra, uniforme desde la punta del dedo del pié hasta la coronilla. Le corren por el pecho gotas de sudor que le dan un resplandor interior. Coño, qué apetecible, aunque se antoja un poco sosa. Ya la veo expandiendo sus jugos por toda mi humanidad. Podría ser, pero la oscura, con esas nalgas descomunales, vamos como un barril de ebano. Tanto cuerpo y un aroma enloquecedor, entre rancio y no sé, como explicarlo , quizás a menstruación.Debo decidirme una o la otra, porque aunque estoy en perfecta forma ya no tengo 20 años, cuando esos menaje a trois, o como leches se diga, en que me amenecía dale que te pego, una y otra, un polvo y sus réplicas. Nada, la oscura que resulta más interesante porque yo que la creía jamaiquina resultó mexicana.
Que bien la estoy pasando, aunque ya no aguanto el puto sol y eso de darme un chapuzón en el mar como que no se me da, que además estoy mareao.
Coño, ya no me siento bien, que la morena es un tiro, me ha acabao. Y el puto mesero que me apura a otra más porque debe cerrar la cuenta. Nada jodio, ya no quiero más cerveza,lo que quiero es marcharme, apunta la cuenta a mi cuarto, claro idiota el 69, ¡!no ves que me la he pasao mamando toda la jodia mañana!!.