A mi hija
LA DICHA DE TENERTE
Cuando tu llegaste al mundo, es más cuando estabas en el vientre de tu madre, nuestro mundo se iluminó, alegría había por dondequiera, ilusiones en torno a ti. Se compraba la ropita, con la ilusión de tenerte en nuestros brazos.
Nueve largos meses tendrían que pasar para que tuviéramos la dicha de tenerte ya entre nuestros brazos, para colmarte de besos, todo fue maravilloso, aquel 8 de febrero en que iluminaste nuestra vida y el precioso momento en que surgía la idea de ponerte un nombre y a mi, tu padre se me concedió el honor de escogerlo: KARLA MARILU, así se te llamó, Karla por el vínculo sagrado de sangre que llevarás por toda la vida con tu hermano y Marilú, por el orgullo de nacer de una mujer noble y buena.
Hoy, que ese botón se está convirtiendo en flor, quiero decirte que Tu mamá, tu hermano y yo, nos sentimos muy orgullosos de ti.
Eres una hija maravillosa y que siempre contarás con nosotros en todo momento y sabes TE QUEREMOS, muchísimo y tú y tú hermano son lo más valioso que tenemos en este mundo.
Sabes, si me pusieran a regresar mi vida y a escoger una esposa, escogería a tu mamá, porque es una mujer muy noble y si me pusieran a escoger a mis hijos, nuevamente los escogería a ustedes, porque ustedes han sido lo más maravilloso que Dios me ha dado.
Por último te diré que te quiero mucho y que para mi mis hijos son mi más grande tesoro.
Nunca olvides que en mi tendrás a un amigo, a un hermano y a un padre que siempre te querrá sobre todas las cosas.
Dios te bendiga, hija.
Me siento orgulloso de ser tu padre.
Te queremos mucho.
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