¿Cómo explicarte que para mí no existen
tus muchos inviernos y mis pocas primaveras;
ni las (amadas) marcas del tiempo en tu semblante?
¿Cómo decirte que me resbalan las miradas irónicas
si tu nudosa mano en mi cintura va gritando
que tuyas son mi lozanía y mi boca?
¿Cuántas veces deberé repetirte
que no hace diferencia
tu obligada ingesta de grajeas azules?
¡Tonto!, te amaré por siempre mientras mis ojos brillen al mirarte,
igual que los diamantes que me obsequias
y el corazón siga latiendo caliente
como caliente está mi cuerpo
con ese visón que me compraste.
Texto agregado el 19-10-2006, y leído por 578
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Lectores Opinan
21-07-2013
Esa lozanía es la que mantiene latiendo mil corazones... enciende pasiones.
fuerte pero...integro mandragoras
28-01-2013
Mucha ironía prejuiciosa pero muy bien escrito. Me gustó. 5* rigoberto
29-12-2012
Me gusta tu estilo, es único, original, sarcástico...
Un abrazo!! gsap
25-08-2007
ironia ironia..ella la reina y tu su hija...un abrazo..y acomprar sonrisas... morocco