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Inicio / Cuenteros Locales / jjvizcarra / secuestros y terrorismo en el perú

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Una vez más se oyó el repiqueteo del 955-5555 y conteste, normalmente contestaba la grabadora automática, y a través del parlante podíamos escuchar la información que alguna persona nos proporcionaba, si era importante levantábamos el auricular y hablábamos, pero por esas razones que uno no se explica, quizá por cojudes, cansancio o sexto sentido, conteste el teléfono y escuche el llanto de una mujer que entre sollozos y balbuceos me decía:

- ¡Mi hijo, han raptado a mi hijo señor Vizcarra! ¡Mi hijo, han raptado a mi hijo, sálvelo, por favor sálvelo! - sollozaba la señora y volvía a repetir lo mismo, una mujer desesperada que pedía mi ayuda.
-
- ¡Cálmese señora! Por favor, cálmese y deme su nombre y dirección para que la podamos ayudar.

Entre sus desgarradores gritos de dolor intentaba darme los datos que le pedí, pero entre su llanto y sus balbuceos no podía entender ni “michi”, No podía entender lo que me trataba de decir, era desesperante.

- Señora cálmese, vamos a ayudarla, pero necesitamos entrevistarla personalmente, puede darme su dirección para poder ir a verla, o mejor si nos podemos encontrar con Ud. Y su esposo en algún lugar fuera de su casa.

- manan, no entendía nada, repetía mi hijo, mi hijito, lo han raptado, a lo que yo repetía deme su dirección, o deme su teléfono para llamarla, por lo menos si perdíamos la comunicación podíamos llamarla, en todo caso con la ayuda de algunos amigos de la compañía de teléfonos podíamos obtener su dirección, por supuesto que nosotros preferíamos no ir a la casa de la familia del secuestrado por si acaso, no queríamos que algún sapo nos viera, ya que no soy una persona que pasa desapercibida, mi cara la ven miles de personas por la tele todas las noches, especialmente los secuestradores, nuestra secuencia en el noticiero 24 horas era la mas vista por los faites, o aprendices de faites en la república, dicho no solo por ellos sino por los secuestrados que volvían después de haber estado en manos de los secos, y nos contaban que paraban de hacer cualquier cosa para ver el programa, reírse de las fotos que aparecían, y definitivamente se acordaban de mi madre, además amenazaban con matarme, les puedo contar la sicosis que producía en la mayoría de estos atorrantes los llevaba a la paranoia, me acuerdo del tristemente celebre secuestrador “Palomo” que pasábamos su foto pidiendo información para su captura, siempre mencionaba que era medio blancón, y achinado, cuando fue apresado y se encontraba en las oficinas de la divise, al acercarme para verlo se percato de mi presencia me miro con interés y asombro, me dijo Sr. Vizcarra no pense que fuera Ud. tan alto, y luego me comento, Ud. Sabe que me cago mi vida al sacar mi foto en la tele, ya no podía ir a comprar cigarros, y si entraba a una tienda abría los ojos bien grandes para que nadie notaran que era achinado, y si se quedaban mirándome salía disparado, ya no podía hacer mi vida, no podía sino estar escondido.


Entre el llanto entendí que me decía, los secuestradores le habían dicho que no llamaran a la policía ¡Por favor, Juan José, no le digas nada a la policía, ellos nos han asegurado que matarán a mi hijo! ¡Por favor, mi hijito no, no quiero que lo maten! Prométeme que no le dirás nada a la policía, mi esposo y yo no sabemos que hacer, por favor ayúdanos, pero no digas nada a nadie o de seguro estos desgraciados mal nacidos matan a mi hijo.

De repente un silencio.

- ¡Ay, carajo! se cortó la llamada pensé

- ¡Señora! ¡Señora!

Escuche su voz nuevamente alarmada que decía:

- Tal vez están escuchando la conversación entre nosotros, mejor cuelgo y lo llamo de otro teléfono.

No podía permitir que se cortara la llamada y casi a gritos le dije:

- Eso es imposible señora, nuestro teléfono tiene un sistema especial, que no permite que nuestros teléfonos puedan ser intervenidos.

- Ellos me han dicho que lo saben todo y que nos tienen en constante vigilancia, varios policías de secuestros son miembros de su banda.


Nuevamente intenté calmarla, le repetí que nadie podía intervenir nuestro teléfono ya que nuestra máquina (imaginaria) en el aparato telefónico no permitía ninguna intervención; le volví a preguntar su dirección y se corto la llamada.

Puta Madre, que joda, en eso se escucho el repiqueteo del teléfono levante y otra voz me decía que quería reportar otro delito, le pedí que colgara que volviera a llamar mas tarde que estabamos en una emergencia, esperando una llamada importante,

La repuesta del que llamaba me dijo

Sr. Es que Ud. No considera que mi llamada es importante, Ud. Nos pide por televisión que lo llamemos si sabemos de un crimen y yo se que en la esquina de mi casa se expende droga, y quiero que Uds. Hagan algo al respecto, este pata pensaría que éramos magos, en esos momentos bastante tensos pense “concha de tu madre cuelga” comprendo el problema de que hablas pero necesito que cuelgues inmediatamente, sin embargo lo que sentía no le pude decir pero en tono sereno y severo le dije que llamara otra ves dentro de un rato y colgué.

Volvió a sonar el teléfono y conteste con el corazón en la mano deseando que fuera la Sra., que nos había llamada, pedía mentalmente que fuera ella, que nosotros estabamos interesados y que la podíamos ayudar.

Levanto el teléfono y era ella, todavía llorosa pero esta ves la pude entender mejor, para no perderla pedí su dirección y esta ves pude entenderla anotarla, no quería ahondar en otras preguntas solo lo estrictamente necesario en esos momentos, Sra. Tiene Ud. Cochera cerrada, a lo cual me dijo que si, tenia que pedirle que la abriera cuando yo llegara con mi carro volvo (viejito, casi carcacha, por si acaso) y así pudiera meterlo para evitar que cualquier curioso me pudiera ver.

Lo mejor en la primera reunión justamente por lo nerviosos que se encuentran los familiares de lo secuestrados nos gusta encontrarnos en algún hotel tipo el Sheraton ya que uno puede aparcar el carro en el sótano y al meterse en el ascensor apretar el botón del lobby, después el de el piso donde nosotros estaríamos esperándolos en una de las habitaciones, este truco lo pusimos en practica gracias a una dama que me cito una ves de esa manera, (por si acaso ya estaba divorciado, y podía hacer lo que quería, y ella no era casada, no me meto con mujeres casadas) pude constatar que varias damas casadas con o sin linaje, y algunas super conocidas, que deseaban tirar, ponían en practica este tan sencillo plan, ya que con el cuento el se iban a la famosa peluquería Tommy’s podían lograr tener una espléndida tarde, y hasta salían con el pelo arregladisimo por su estilista favorito, seguramente mas de una le dijo al esposo que fastidio ir hasta el centro al Sheraton por que Tomasa la dueña del Tommy’s había mudado a su estilista preferido y al único que deja que toque su cabello al Sheraton de lima, bueno no soy nadie para criticar que estas damas tuvieran una tarde maravillosa, o sea tiraban de lo lindo y después relajadisimas y con una sonrisa en los labios por supuesto y con el corte perfecto del pelo se iban a sus casas a sus adorados maridos, me hizo gracia una ves que un amigo me contaba lo santa que era su mujer, yo lo miraba y asentía con la cabeza dándole toda la razón, ya que no podía decirle que había visto a su mujer hacia un par de días saliendo de una habitación del hotel, pobre, quizá debemos pensar mejor antes de decir mi mujer es una santa, volviendo a nuestro casito en esta oportunidad me era imposible llegar a pedirle verla a ella y su esposo en el hotel, por lo que le pregunte.

¿Su casa tiene cochera particular?

- Sí - entre sollozos - y es bastante amplia.

- Perfecto, entonces debe estar atenta, en cuanto llegue abra la puerta del garaje para que pueda meter mi coche y entrar rápidamente sin ser visto, no hay que correr riesgos.

- Espéreme voy para allá.

Salimos de la oficina y a la velocidad de un pedo nos dirigimos a San Isidro, la zona de este distrito donde se encontraba la residencia de esta familia, felizmente era oscura, El pedido de que me abrieran apenas viera mi carro la cochera esto fue en vano, cuando llegamos varias personas nos estaban esperando en la puerta de la casa. No había ni siquiera logrado estacionarme cuando una mujer se abalanzó sobre la puerta del carro y abriendo la puerta del auto me agarró del brazo y jalándome pretendiendo sacarme del auto mientras decía:

- Juan José ¡Oh! Juan José, gracias... gracias por venir, no sabíamos que hacer a quien acudir, tú eres nuestra única esperanza para salvar a mi hijo.

Apague como pude el coche entre los jalones de la mujer que en su desesperación quería sacarme del coche a como diera lugar; apague el motor como pude, logrando salir del auto, ella hablaba a mil por hora; entre gemidos y lloriqueos intentaba explicarme:

- Lo han raptado, han raptado a mi hijo estos miserables, estos desgraciados porque a nosotros ni que tuviéramos mucho dinero, somos muy de clase media.

Mientras me decía lo pobre que eran miré la casa y sus jardines, digamos que no eran inmensamente ricos pero en su casa entraban por lo menos varias decenas de familias, con sus chivas y hasta con sus gallinitas.

La calle donde nos encontramos era una de esas tranquilas de San Isidro, generalmente no se ve gente fuera de sus casas; la seguridad y el secreto de nuestra presencia ahí no la pudimos guardar, éramos diez personas en esa acera. La mujer, que estaba acompañada de varios familiares, se había abrazado a mí cobijándose del peligro que se cernía sobre su familia. Para ella yo era su tabla de salvación, el hombre que venia a salvar a su hijo y a protegería a ella y a su familia de los peligros, trataba de calmarla y empujándole suavemente para que me soltara, y pude apreciarla mientras le decía.

- Todo va a salir bien no se preocupe

Tenía entre 35 a 40 años, con los ojos hinchados de haber llorado bastante, tenía puesta una de esas mallas que se amoldan al cuerpo, y que no dejan mucho para la imaginación, era guapa, guapisima, buenisima, un Sr. Lomo, definitivamente riquisima ciento por ciento; si Sr. Tenia un cuerpazo.

Ella seguía abrazándome, mi principal objetivo era que nos metiéramos urgentemente a la casa, intentaba despegarme de ella para poder ingresar a sus casa y también para poder concentrarme ya que todo su cuerpo estaba contorneado en mi cuerpo, sus senos pujantes estaban apretados en mi pecho y su insinuante figura pegada como un chicle a mí, no podía concentrarme ¡Oh Señor de los Señores! wow...no estaba para eso, especialmente yo, el hombre serio de la televisión, el super héroe, el hombre perfecto de la tele, el super macho con verdaderos huevos ¡qué asco! Soy un hombre como cualquier otro y cuando tienes a una mamacita apretando su cuerpo contra el tuyo hasta el mas santo piensa algo, por que de pensar a ver que me digan que no piensan, no puedo negarlo fue rico, La gente se hace ideas de los personajes que salimos en la tele que me da vergüenza ajena.

La mujer seguía hablando a toda velocidad mientras me apretaba con mas fuerza:

- te he llamado porque nadie más de mi familia se atrevió - mientras decía esto miró a todos ellos con desdén, como si fueran bichos insignificantes, al mirarlos bajaron la vista con vergüenza, ella seguía abrazaba a mí aferrándose con mas fuerza, si yo fuera el salvador del mundo.

- Juan José tienes que hacer que regresen a mi hijo vivo, que no lo vayan a matar, que lo regresen esos desgraciados, miserables, maldecidos, han raptado a mi único hijo.

Tenia que meterle en la cabeza que teníamos que entrar, que el medio chape o el agarre, o el abrazo, o como quieran Uds. Llamar a lo que me estaba haciendo ella tenía que parar, por que de seguir así, algo mas se iba a parar y no era precisamente mi corazón, no se si me entienden, cuando le entra a uno la brutes le entra la brutes y a la mierda todo, justamente le había pedido por teléfono que me dejara la cochera abierta para poder entrar sin ser visto, mi temor era el de haber sido visto por alguno de los faites, que pasaría si pasara alguno de ellos por ahí, o que tuvieran algún cómplice que pudiera informar de mi llegada, y la consecuente ayuda a esta familia, no nos convenía de ninguna manera que se supiera que estaba ahí, ya que para poder manejar con éxito el secuestro era preferible que nosotros no existiéramos, lo optimo es que los malandrines piensen siempre que tienen a la familia agarrada de los huevos, de los cortos o de lo que fuese, que los tienen sólitos y sin ayuda, que los dominaban completamente por el miedo, el de perder al hijo, era imprescindible que ellos pensaran que podían manejarlos a su antojo, era esencial que no se supiera de mi presencia, de esa manera sería mas fácil manejar el secuestro, y sacarle a los secuestradores la vuelta por no decir la mierda.

Casi a empujones la metí al jardín, pedí que cerraran la puerta a la comitiva de familiares que la acompañaban, y que la seguían por todas partes, caminaban como encogidos, medio ocultándose, y medio culpables, yo preocupado que nos hubiesen visto, y claro, si me habían visto había la posibilidad de que uno de los malandrines, un psicópata entre el grupo de estos cobardes, le cortara una oreja, o un dedo, o peor aún le diera vuelta al secuestrado para que de esa manera la familia entienda que con ellos no se puede jugar, si algo así sucediera mi credibilidad se iba al carajo, ya que quisiera o no estaba en la casa con esa familia y a partir de ese momento los resultados de este secuestro fuesen los que fuesen era yo el responsable, o sea, honor, gloria, satisfacción, o me convertía en el desgraciado hijo de mi mamá que cague a la familia, al pobre chico, o sea el mayor culpable de la peor tragedia en Lima, no les quepa la menor duda mis amigos, yo sería sólito el culpable de todas maneras de lo que pasara al hijo de esta familia.

Me preguntaba dónde estaría el marido de esta Sra. ya que al parecer ninguno de los que la acompañaban era el dichoso marido, pense que seguramente estaría dentro de la casa preocupado, fastidiado, nervioso, hasta llorando como ya había podido ver a muchos hombres que a pesar de lo macho que son cuando tocan a su familia se derriten como mantequilla y no pueden pensar, pero nada me preparó no solo por el hombre que conocí en esa casa que lo llamare el italiano, sino a la familia en su conjunto, la esposa, el hijo, esa familia de todas las familias a lo largo del tiempo que veníamos asesorando gratuitamente sobre problemas de secuestros, extorsión, terrorismo, entre tantos casos que habíamos asistido creo que el caso del italiano es uno de los casos que mas me impacto, esa familia parecía que hubiese salido de la trama de una película de Alfred Hitchcock, cada episodio de la vida de esa pareja, la personalidad de ellos, el odio entre ellos, el resentimiento del hijo secuestrado hacia ellos, nos sorprendió a todos los que conformamos el grupo de trabajo de Unidos Contra el Crimen que tuvo contacto con ellos.

Era una típica casa de gente pudiente de nuestra sociedad, desde los jardines amplios con mas de dos cocheras, la puerta de la casa estaba abierta, al entrar me encontré con un lobby grande, sala de recibo, y otras dos salas más amplias aun, al ver la decoración me di cuenta que dinero no les faltaba, solo los cuadros que veía valían una fortuna, casi todos eran originales, habían por lo menos dos que fueron comprados no tan legalmente me imagino, habían un cuadro de Monet, con su combinación de sombras, y colores intensos que era una preciosidads, de Renoir con sus colores vivos, con su sin igual característica de detallar a la gente en su pintura, sin embargo habían también cuadros de la escuela Cuzqueña, o de Velázquez, Goya, cuadros de artistas no conocidos, y replicas, copias entre mezcladas con originales, pena que no hubiesen buscado a algún experto en arte y decoración para que los ayudara, además note que los colores de las alfombras con los sofás no combinaban, no entonaban entre si, recordé en ese momento lo que un “pituco” amigo mío hubiese dicho “hermano”, “la plata no compra clase”, y en este caso era así, no es que quiera dármela de criticón, yo iba a esa casa a ayudar a que su hijo volviera del secuestro sano y salvo, me llegaba al pincho que tuvieran o no clase, pero mi chamba requería que olfateara todo, un buen periodista tiene que ser así, comprenderán no me iba a dejar sorprender como un huevón, tenia ya suficiente experiencia para no confiar en nadie, ni en nada, a esperar cualquier cosa de cualquiera de los involucrados, ya había visto en mis andares a la gente mas simpática, o las mujeres mas amorosas que estaban involucradas.

Agarrado de la mano por esta bendita Sra. que no me dejaba solo ni un momento, nos sentamos y no sé de donde mierda apareció el esposo, tenía que ser él, camino hacia mí con paso seguro, con una sonrisa en la boca, parecía que me recibía como si recibiera a un amigo que estaba esperando para charlar un rato, y que ahí no pasaba nada, no se notaba en el que estuviera consternado, ni fastidiado, por la situación en que se encontraba su familia, por lo menos aparentaba muy bien, mientras se acercaba pude apreciarlo, rubio de ojos azules, 1.88 cuerpo atlético, de unos 40 y tantos años, las mujeres dirían que era un lomo a pesar de su edad, mirándome fijamente a los ojos, y sin perder su sonrisa se acerco a mí, al parecer no le importaba haberme visto que su mujer me agarraba de la mano como si fuéramos enamorados, pense felizmente no es celoso, eso hasta que me estrecho la mano, felizmente tengo buen agarre por que si no me la tritura, y el tampoco quería dejarme la mano, pero no por seguridad emocional, sino quería demostrar que era algo, o que era el mas macho, o que el mandaba ahí, o quería decirnos que ese era su territorio, pero lo real es que mi mano sufrió las consecuencias, tuve que hacerme el cojudo, y sonriéndole nos sentamos en los amplios sofás de su living room, en los días venideros nos daríamos cuenta que el Italiano siempre quería estar en control, por las buenas o por las malas, con su humor o con dinero, pero el quería siempre estar en control de todos nosotros, a pesar de no saber un cacho de nada en lo que se refiere a secuestros, nuestro sicólogo que acompañaba al grupo de Unidos, el muy estimado Pepito nos confirmo que ese pata era un psicópata, nos enteraríamos que guardaba un gran secreto, y que no quería que nos enteráramos, al no nivelarse con nosotros, por su desconfianza, y por sus secretos personales y familiares, hizo que peligrara en mas de una ocasión la vida de su hijo, y prolongo las negociaciones, Hizo que nuestro grupo se hastiara de ellos, y los días y noches que pasamos en esa casa se hicieron largos, muy largos, aveces pensábamos que los secuestrados éramos nosotros, pero aveces nos sentíamos como si estuviéramos en una prisión..

Voltee a mirar a la esposa que gemía todavía, pense pobre esta mujer no trata de aparentar nada, que a ella le importaba un comino que el esposo quisiese manejar la situación, que el tuviera los secretos que tenía por sus negocios, o los secretos de su familia, ella quería a su hijo de vuelta en casa por lo menos así lo aparentaba, pero como les dije antes no todo lo que la gente aparenta es como es, y con el cojudeo de ambos empezaron los 56 días de negociaciones mas escabrosas por este par de infelices.

Antes que pudiéramos decir esta boca es mía, o sea el ritual de poner calma, hablarles sobre que es un secuestro, como se debe manejar, que es lo que la familia tenia que hacer, etc. etc. etc., o sea nuestra conversación e indicaciones habituales cuando llegábamos a la casa de una familia que tenia un familiar secuestrado para tratar de darles confianza, una de las cosas mas importantes que se tienen que meter a la cabeza es que el sentimiento de perdida que sentían era iluso, no deberían de sentirse así, por que allí, en esa casa no se había perdido nadie, no se había muerto nadie, por lo tanto el sentimiento de perdida que sienten todas las familias que tienen un familiar secuestrado ellos deberían de dejar de sentirlo, y que por favor no vivieran una película, cada caso que nos toca, la familia piensa que esta viviendo una película, y la imaginación de ellos comienza a volar, y si se inventan cada cosa que puede pasar que es para volverse loco, la típica es que los secuestradores tienen, y robándome la frase que invento un gran periodista para el programa panorama mi amigo Julián Cortéz, “ojos y oídos” en todas partes, o sea dentro y fuera de la casa, los teléfonos intervenidos, etc. antes de poder acomodar a la familia sonó el teléfono.

La mujer grito, seguro que eso son los secuestradores, nos pusimos tensos, le pedimos a ella que se calmara, pero si eran, puta madre estabamos perdiendo tiempo, y quizá la comunicación con estos facinerosos después de esta llamada no se produciría hasta varios días después, no habíamos puesto la grabadora para escuchar la conversación, ruidos y demás desde donde estaban llamando, no se había interceptado los teléfonos, no habíamos dado ninguna indicación de que tenía el padre que decirles, y también entro temor, por mi cabeza justamente lo que le íbamos a decir de que no era una película, y paso la famosisima frase que siempre les decíamos a todas las familias que no pensaran nunca “y si esto” o “y si este otro” que no era una película pero en ese momento yo si pense “pucha, y si nos vieron entrar a la casa”, mierda por que no habían seguido las instrucciones de abrir el garaje, o mejor nos habríamos reunido con ellos en el Sheraton, la cagada, trataba de pensar a mil por hora, definitivamente no habíamos hecho todo lo necesario para las llamadas, acabamos de llegar, pero ya estabamos en el caso, o sea, subidos sobre el caballo, montándolo, pero sin pantalones y con los calzoncillos abajo, una cosa es que todo este preparado, como deben de contestar el teléfono, que decir, nuestra entradas a la casa, nuestra salidas, etc. y otra es que entrado nomás, acabábamos de sentarnos, y entran los malos de la película en escena, o sea, una es con los pantalones puestos y otra es sin ellos, y en ese momento nos habían agarrado con los pantalones abajo, como siempre las cosas pasan más rápido que uno quisiese, y teníamos que movernos no nos quedaba otra, no podíamos perder la confianza de la familia a pesar de haber recién llegado, aunque siempre las familias esperan que uno sea un mago.

El Italiano levantó el teléfono pude ver que el rostro se le crispaba, a pesar que para nosotros quería aparecer que tenía todo bajo control,

alo,
- Italiano
--Sí el habla,
- conseguiste la plata concha de tu madre
--como esta mi hijo, quiero saber de mi hijo
- quieres ver morir a tu hijo
--no no le hagan nada por favor
- saca la plata roñoso o se muere el chico
--estoy tratando de conseguirlo
- ya te habíamos dado el plazo hasta hoy, lo tienes o no tienes el billete
--yo no tengo esa cantidad conmigo
- entonces vas a ver lo que vamos a hacer con tu hijo Italiano hijo de puta
--no yo les pago comenzó a decir pero le tiraron el teléfono, querían tener dominio sobre la familia los secuestradores y lo habían conseguido, se quedo con el teléfono en la mano me miro, y colgó, me miro como diciéndome y ahora que hacemos, sin embargo confirmo lo que ya sabíamos todos....

Texto agregado el 18-10-2006, y leído por 1269 visitantes. (0 votos)


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