La sonrisa difuminada de la muñeca de cerámica reinaba sobre una mesa, como si de un sueño se tratase.
Al abrir los ojos, un sudor frío recorría mi frente.
¿Quién no había mentido alguna vez? Pensé, y volví a cerrar los ojos.
Texto agregado el 18-10-2006, y leído por 152
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
18-10-2006
complicado texto, en el sentido expresivo. 5***** 24horas
18-10-2006
oye... esto da para mucho... es oscuro, tremendamente angustiante y dark... muy bueno. d-mind
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