Discípulos de mar nácar con escamas ruborizadas en el viento de la helada mañana..
Demonios de polvo mágico y carne congelada en el azufre de su aliento..
dos inhalaciones con burbujas y arena.

El pequeño coliseo asomaba su lengua de espinas y homicidios con la calma del vapor que emanaba de los orificios de su pecho autopsia. El odio que transparentó la sangre del aire bloqueó los pecados del duende navaja y el embarazo que dejó huella en el quirófano de la caldera.
Con el óleo púrpura en el cuello, la tiara desencadenó la avalancha de odio en las pisadas del miedo escarabajo. Centímetros de incisiones en la madrugada del iglú invernando. Cicatrices de manicura y pedazos de oídos embarrados en el cielo adormecedor de la instancia calabozo.
Arcos de oro y parpadeos de otoño en el descenso del paraíso.
Helado de maldad cubierto en esencia de clavo y besos anaranjados.

Las olas del soplo anestesiaron la caída del cuerpo con ph purgatorio.
Salinidad amante de las hadas incineradas en la mazmorra, imaginada en una asfixia rosa.
tela de plata y coseduras de amaranto en el pasillo de la locura.. labios con escarificaciones y saliva un poco venenosa…
la bienvenida en la terapia de electroshocks y espíritus malhumorados.

..la inundación envuelta en metal acarició los dientes de la mariposa humana; el agua roja de la garganta brotó del fuego que alumbró las estrellas de la temperatura.. miradas de gorila que fundieron el eco del profundo eco.., el humo que exhaló el corazón del sueño sacrificado..

La mecánica del aullido derrumbó el horizonte incoloro, bendijo el nuevo ataúd que suicidó los pétalos de céfiro, licuó las plumas de la brisa enamorada. Las velas que no murmuraron los gritos en la neblina, conjuraron la tristeza en las nubes y las almas desperdiciadas. Pesadillas dulces con versiones pornográficas y dopadas.
..el silencio respiró un poco de vida, cerró sus ojos y extirpó la córnea en su ceguedad. El tiempo deslizó un sol psicótico con exhumaciones y caramelos torturados y embalsamados.
..el vaho calló las agujas ensangrentadas...

las calles de agua suspiraron una serpiente azteca, que devoró los residuos del cadáver boreal.., la misma que desentrañó el asteroide en las lágrimas nupciales..

El ácido quirúrgico suplantó el vapor de las pupilas inocentes del vago ángel no volador.
Los tres instantes del motor vendaron sus ciclos y amortiguaron los terremotos. El payaso atado en la corriente descifró los colores del arcoiris en la sombra de la membrana de su amante. Inyecciones de asesinato.
La máscara se drenó de luto y arrulló su nuevo cementerio cubierto de rosas y grageas de inmortalidad.

Así, el iris de la luna regaló sus últimas telarañas.