TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Reni / el lunar

[C:24425]

Y no parabas de mirarme cuando me di cuenta de ese extraño lunar que tenías debajo de tu ojo izquierdo, y no podía entender como había pasado tres meses ahí reposando a tu lado sin haberme dado cuenta de eso.
Me escondí bajo tu rostro, y mirándote fijamente, tuve que darte a entender que todo había terminado, que ya no podía tocarte mas, que ya no podía quemarte más. Tú, siempre tan sabia, no hiciste más que observarme de vuelta con esas miradas que siempre has tenido....Me miraste cuidadosamente, analizándome de la manera mas detallada que podías encontrar. Creo que nunca me había sentido tan incómodo, tanto, que tuve que voltear la cara, y tú....tan siniestra, empezaste a sonreír. Y de un instante para otro estabas riéndote a carcajadas, como que habías entendido que, en realidad, yo no podía estar más contigo por vergüenza a no haberte observado. Y reíste por infinitos segundos, que no hicieron más que empañarme los ojos.
Y ahí estabas otra vez, tan serena, tan despierta como nunca. Pero ya no reías, ya no tenías ese lunar. Habías cambiado de un segundo para otro, y creo. que en este instante nunca te había amado tanto, además ya eras un espíritu salvaje. Estabas reposando dentro tu propio bosque, dentro de tu frondoso pelo que en un momento no me dejaba respirar....

¡¿Por qué no paras de moverte?!, ¿por qué no paras de comportarte de esa manera?!

Nunca pensé que aquel día en la noche te encontraría, siempre tan fresca ahí....mirando a todo el mundo que pasaba. Cuando te analicé, me di cuenta de que querías tomar algo. Te invité a sentarte a mi lado, y tú me pediste una cerveza, una Kunstman, y yo asentí algo mareado con ese olor a perfume barato que exhalabas. Cuando llegó la cerveza, la agarraste y empezaste a tomar un largo sorbo. Y mientras lo hacías me mirabas directamente a los ojos tratando de amenazarme con tu propia parada. Yo solo asentía.
Sacaste la cerveza de tu boca cuando diste media vuelta y desapareciste.

¡¿Por qué no dejas de reírte!?, esto no es chistoso.

Cruzaste tus piernas en frente de mí, sabiendo qué efecto tendrían en mí. Lo hiciste de adrede, tratando de buscar mi mirada y toda mi atención. Tenías más que claro que todo mi cuerpo estaba pendiente del tuyo, y ahí estabas como siempre, jugando a ser la reina y yo tu peón Y ¡dios! Cómo sabías que me gustaba que te sentaras ahí, sin hacer nada, y tan sólo que miraras a todo el mundo, y que de vez en cuando me miraras a mí.
Tu ahí, esperando que te fuera a invitar a otra cerveza. Es mas, no dudaría en pensar que estabas ahí sólo por mí, y sólo por la proposición que querías que te hiciera. Y no hice nada más que seguirte y darte todo lo que querías: sabías que yo era una presa fácil dentro de tu cuerpo.

¡¿No entiendes que me molesta todo esto, que no te quiero ver más, que ya no eres nada para mí, y qué tu lo único que haces es reírte?!

Cuando desperté aquella mañana, no tienes idea de cómo me sentía cuando te veía al lado mío, ahí acostada, desnuda y guardada debajo de la sábanas de color marrón, creo que nunca te amé tanto como en ese instante, tan nada, tan insípida, dormida y ya descubierta. Pasaste a ser algo obvio dentro de mi cuerpo. Destruiste todo el misterio que guardabas entre tus piernas. Y yo que había sido la víctima, pasé a ser el perseguidor.
Y ahí seguías: tu cuerpo era una pintura, fresca y espontánea. Ya no hacías nada más que tratar de mirar con aquel ojo que te quedaba. No hacías nada más que reposar muerta. Y estoy seguro de que seguías riéndote dentro de mi cabeza, dentro de mis entrañas.




Texto agregado el 27-01-2004, y leído por 145 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]