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CORRUPTUS

Juan era un niño de los que llamamos “gomelos”, de clase alta, no sufría de frío, ni de hambre, debido a que sus padres que era políticos siempre se las “arreglaban” para tener más dinero.

Carlos era un mocoso al que hay veces le tocaba acostarse sin comer, y a veces tenia frío porque el dinero no le alcanzaba a su madre para comprarle una chaqueta, no podía descompletar el dinero del mercado que una mujer cabeza de familia tiene que “hacer rendir”.

Juan estudio en un colegio donde para entrar tocaba dar una “pequeña colaboración” a las directivas, eso si, el colegio tenía piscina, cancha de tenis, y demás “bobadas” que a pesar de no tener que ver nada con la educación hacen que el colegio sea bueno.

El colegio de Carlos era de dos edificios, y de salones muy pequeños en donde algunos de los alumnos se sentaban en el piso, pero eso si era un colegio con profesores que no les pagaban hace cinco (5) meses, y su voluntad de enseñar era directamente proporcional al estado de su bolsillo.

Juan ingreso a la universidad más costosa del país, luego de que su padre moviera sus “influencias políticas”, con la ayuda de un amigo senador directivo del claustro.

Carlos ingreso a una universidad pública luego de dos (2) intentos fallidos; eso sí lo que hizo cuando no paso a estudiar la carrera de derecho, fue estudiar todas las tardes en aquella biblioteca pública, en donde muchas veces le sonaban las tripas porque si tenía para los pasajes no tenía para el almuerzo.

Juan se graduó con “honores” de la universidad, debido a sus buenas notas que también se debieron a que pagaba porque le hicieran los trabajos de la universidad, y a que en la mayoría de los parciales se copiaba hábilmente de los más inteligentes y los más “humildes” de la clase que por cualquier billetico mostraban sus conocimientos a Juan. Eso si, el tenía asegurado un muy buen trabajo como asesor jurídico en una alcaldía en donde le pagarían muy buena plata por ir medio día a la semana.

Carlos se graduó con “honores” de la universidad, pero la dura realidad era que al otro día tendría que bombardear con hojas de vida cada lugar en donde se necesitara un abogado “honesto”, eso sí sus referencias no tenían grandes políticos, ni su mamá conocía la gente “apropiada” para que lo ayudara.

Juan inició como asesor jurídico de la alcaldía y en un par de semanas el alcalde le ofreció que le ayudara con un negocito para hacer una “movida fácil”, de la cual le iban a quedar unos cuantos pesos para “un carrito”, y en verdad fue fácil, Juan hizo un par de documentos, se tomo unos tragos con la gente apropiada y su platica le fue entregada.

Carlos mientras tanto siguió buscando trabajo, le ofrecían en algunos mucho menos de lo que él esperaba ganar, pero como no podía despreciar la plata se metió a trabajar con unos jefes de esos que en mi país llaman “negreros”, tras de que no le pagaban lo que se merecía, no le pagan a tiempo, y algunas veces no le pagaban.

Juan siguió con sus “negocitos” y en poco tiempo vio que eso de la política daba resultados, así que con la ayuda de sus “amigos políticos” se lanzo al concejo de la ciudad, y obviamente salió elegido porque quien no va a votar en este país por una librita de carne que le regalan a uno a la salida de la urna.

Carlos vivía estresado, pero tenía fe de que las cosas cambiarían y se le dio por enamorarse de la secretaria de la empresa, y a su vez se le dio por casarse, y por tener un hijo, lo que multiplico sus problemas.

Juan, en esa carrera política tan asombrosa se caso con la hija del ministro de salud, el importante político Gino Bennedetti, pero esto tenía un objetivo de acuerdo a sus asesores de imagen y era la “alcaldía de la ciudad”.

Carlos estaba desesperado, su carrera no le había servido para alcanzar sus metas, y la falta de dinero lo apremiaba, así que aceptó la propuesta que él consideraba más humillante de trabajo, aceptó manejar el taxi de su vecino, porque como decía él “plata es lo que no hay”.

Juan luego de terminar su período en el Concejo siguió con su carrera ilustre en las leyes y como conocía muchos amigos políticos, le conseguían “negocitos” de muchos ceros, lo que el cobraba, eso le pagaban, porque el siempre resultaba amigo de algún juez que por cualquier “ayudita” le sacaba sus casitos adelante.

Carlos estrello el taxi y se salió de ese trabajo, así que en vista de tanta pobreza se dedicó a llevar sus “casitos”; pero como el no tenía la camisa de seda ni el vestido inglés, le tocaba aceptar cualquier caso y a cualquier precio, lo importante era tener unos pesos para ayudas de los pañales del niño.

Juan se lanzó a la alcaldía de Bogotá, era una de las figuras públicas que más aparecía en los periódicos del país, era respetado, querido, sus negocios “oscuros” los sabía hacer con la sutileza de un mago, y como un ejemplo de su gran “profesionalismo” aquí esta un aparte de algunos de sus negocios que me encontré después en un diario de mi país: (Licitación de unos computadores para el senado de la república en donde se gano lo de comprar su casa quinta por solo saber quien era el contacto al cual se debía sobornar; sucesión de una finca de más de 10 hectáreas en donde dejó por fuera a dos hijos ilegítimos del dueño; defensa penal de uno de los políticos más corruptos del país, proceso en el cual “misteriosamente” se desapareció el material probatorio; entre otros negocios.

Carlos no aguantaba más y un día en la calle se encontró con un amigo de la infancia el cual le propuso un “negocito” bastante bueno de llevar “nieve” a donde los gringos” por una cantidad bastante considerable de dinero, por supuesto Carlos no aceptó (de inmediato).

Juan tenía según las encuestas la alcaldía ganada, era venerado y alabado por los políticos del país, y el Presidente de la República ya lo había llamado a felicitarlo por su “ardua” labor; y los analistas políticos lo veían como futuro “presidenciable”; pero un día recibió una llamada de una emisora que se caracterizaba por sus investigaciones de políticos corruptos, le manifestaron que tenían pruebas a lo que el contesto que………..

Carlos seguía con una situación económica terrible, su esposa se quedo sin trabajo, y el amigo le insistía, le decía que se tenía que decidir rápido, a Carlos le parecía increíble aceptar algo así pero las cosas no le habían salido bien, entonces espero a que su esposa se durmiera, llamo al amigo y le dijo que……………

Juan y Carlos son muy amigos, a veces juegan fútbol e el patio central y se protegen mutuamente para que no se los coma “el cacique” del patio sexto, esperan salir pronto y ver la vida “de otro modo”.


Texto agregado el 16-10-2006, y leído por 130 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
26-10-2006 Muy buena la forma de contar tu historia "de ficción". Otro_Jota
17-10-2006 hermoso5* texto felictaciones neison
 
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