Te dejé escapar, o me escapé yo; al final es lo mismo. Lejos ya tanto tiempo, nunca he llegado a sentir, ni un poquito; que pertenezco acá. Me asusta, sin embargo, saber que dejo de ser de allá; allá con vos. Por eso, cada vez en mi cabeza, es más pequeñita la letra con la que te escribo todo lo que no te digo nunca; para no estarlo leyendo entre las cosas quietas de mis días.
Que el tiempo pase, por favor, que me cure esta esperanza que siempre guardo de volver a vos. Que me duele que no estés acá, que me dueles todavía, y todavía me vas a seguir doliendo, lo sé, porque en estas cosas conozco muy bien al futuro; el maldito futuro que lleva más de una semana hablándome al oído, atormentándome en la cama antes de dormir. Que el tiempo vuele y escampe esta lluvia de granizo, de futuro sin vos.
Amor de todos los amores, mujer entre todas. Recuerdo. Fantasma. A vos te tengo que hablar de la ida y la vuelta; pedirte que me perdonés porque vuelta no hay, que me ayudés a perdonarme esta amargura que soy... Porque nos dijeron mentiras, en realidad no existen las vueltas, sólo idas. Desde acá, reino de todas tus ausencias, desde esta vida entera si vos, te tengo que decir, te lo tengo, tengo que hacer saber, para ver si el futuro me deja dormir, por lo menos hoy, domingo, y es que mañana tengo clase temprano; que te amo. Que no pasa un día sin que yo ame, sin que yo añore, extrañe y maldiga esta existencia tuya, esa maldita perfección tuya que dejó vacía mi vida el día que me fui.
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