Observo el puerto con sus barcos anclados, la gente despidiéndose de un ser querido que se va, seguramente en un viaje de paseo, un viaje hacia la libertad o simplemente huyendo como yo. De todos mis amores y miedos, o quizás persigo a una ilusión, no lo se.
Estoy en la proa, observo el atardecer que se va produciendo ante mis ojos, que se empañan sin darme cuenta. Pienso en todo lo que dejo atrás, la gente que me ama, las personas que yo quiero…que no tiene idea que me voy, solo una carta dejada rápidamente en el correo el día anterior a este, para que la reciban hoy unas horas después de mi partida.
El barco zarpa y yo sigo con un destino impreciso, no se a que país dirigirme, en que ciudad del olvido asentarme, para que nadie me encuentre, para que nadie vea el patético estado en que me encuentro. Las estrellas aparecen en el firmamento, dándome compañía y produciéndome esperanza que lo que vendrá será mejor que lo que dejo…
Soy un ser contradictorio, no quiero dejar ir a ese ser que me produjo tantas cosas, a pesar que ya desapareció de mi existencia. Mientras yo solo quiero abrazar su esencia, que me sigue a todas partes, tu recuerdo me persigue y yo solo huyo como un cobarde.
Porque eso significa que sigo necesitándote para ser feliz, para sentirme vivo, para ascender al cielo y no volver a caer. Como todos mis sueños que se fundieron en un agujero, el negro que tú produjiste al irte.
No quiero dejarte marchar, no me atrevo a hacer desaparecer tu recuerdo, porque seria dejar escapar una parte de mí, perder todo lo que creía de mi mismo, lo que tú creaste…
La luna llena hace que el mar se ponga eufórico, y juegue con este barco a la deriva, como si fuera un niño que se divierte en su bañera haciendo flotar sus navíos de papel y hundiéndolo hasta que se desasen y queda diseminado en el agua para irse por el desagüe.
Las olas cada vez azotan con más violencia y yo sigo en cubierta, mientras los marineros corren de un lado a otro, sigo pensando en ti y preguntándome porque desapareciste para nunca más volver. Mientras estoy aquí esperándote, como un adolescente que sueña con un amor imposible, con alguien que ya se marcho de su vida, la decisión tú la tomaste en un momento. Ahora le pregunto a las estrellas ¿Porqué no pensaste en mi? ¿Qué te hizo tomar esa decisión? ¿Es que yo no te hacia feliz? Tantas pregunta y ni una sola respuesta, mientras el viento me azota con fuerza, mientras las lagrimas se camuflan con la lluvia.
Grito de desesperación, mientras caigo producto de la fuerza de los vientos y el barco se va llenando de agua y sollozo como nunca lo había hecho, ¿Por qué destruiste nuestras esperanzas, nuestras ilusiones, nuestros sueños? Porque ese día decidiste por los dos que era mejor que la muerte te llevara. Que esa dama inmortal te ganara la partida.
Todavía recuerdo esa noche, yo estaba en un sofá, al lado del teléfono, esperando impaciente tu llamada. Cuando este sonó y mi corazón se congelo por un instante, no entendía que ocurría, el pánico atrofiaba mis sentidos, mi intuición a la que suelo ignorar entro en funcionamiento. Contesto y alguien en el otro lado de la línea pregunta:
-¿Eres tu el novio de Susana?- yo solo respondo con un débil sí – tienes que venir inmediatamente a su departamento, es algo importante- mi intuición no había fallado, la voz de mi interlocutor esta a punto de quebrarse y yo digo con voz acongojada- ¿Qué fue lo que ocurrió?- el solo responde- tienes que verlo por ti mismo- y corta.
Agarro las llaves de mi auto y me pongo la chaqueta rápidamente, salgo, me subo a mi vehiculo y empiezo una carrera desenfrenada sorprendiéndome de que no me matara, pero hubiese preferido morir hay mismo antes de ver el espectáculo que me esperaba.
Llegue todo sudado, el ascensor estaba descompuesto, así que subí la escalera lo mas aprisa que pude, cuando veo la puerta de tu apartamento abierta y rodeada de gente, aparte de policías, bomberos y médicos; me paralice, ¿Qué mierda te había pasado? Avance lentamente por ese camino hacia el infierno y te vi, cubierta de sangre, tus muñecas cortadas a lo vertical y el cuchillo a un lado. Tu arma asesina.
A pasado un mes desde entonces y tu recuerdo sigue persiguiéndome en mis pesadillas, las torturas a la que me somete mi inconsciente, el viento se mueve con intensidad, esta disfrutando de la fiesta del mar y la luna conspirando a mi favor.
De un momento a otro siento como el viento me derriba y el suelo que me sostiene resbaloso por el agua caída, me guía hacia el mar donde caigo abruptamente, no se nadar, aunque lucho por mantenerme a flote… tu recuerdo viene a mi mente y tomo la decisión de dejarme conducir por el océano hacia su interior y a la dirección que tu elegiste.
Todo se vuelve negro y cuando recupero mi conciencia, miro a mi lado. Un ser precioso y vestido de blanco tendiéndome la mano, lo reconozco, es la muerte que viene a llevarme, dudo, pero al ver sus ojos; castaños como los tuyos con ese brillo característico, tomo la mano que me tiene extendida como una invitación a reunirme contigo y todos mis temores se desvanecen. Mientras una canción se escucha de fondo…
…Lejos
El barco se me está llevando lejos
Lejos de las memorias
De la gente a la que le importa si vivo o muero.
Y nunca te dejaré ir
Si tú prometiste nunca desaparecer
Nunca desaparezcas…
Esta es perfecta para la situación que estoy viviendo o ya deje de existir, no lo se y no importa, voy a volver a juntarme contigo.
Mientras tengo una curiosa revelación, a la Muerte también le gusta la música.
Nota: las dos estrofas que estan incluidas en este cuento son de la canción Starlight de MUSE, en la que base para hacer esto... |