Entre con toda calma, el encargado de recepción, viendome en forma descarada me preguntó.
---¿Tiene reservación?
Yo le contesté viendolo fijamente a los ojos; tengo hambre.
El un poco descontrolado me pidio que lo acompañara y me ofrecio una mesa, en la sección de no fumar.
No, le dije, despues de comer quiero fumar.
Note su molestía, pero lo ignore.
--¿Aquí está bien señor? Me preguntó y note un tono medio burlón en su voz.
Me sente, ignorandolo de nuevo, pues nunca he entendido por que son tan petulantes estas personas, ya que el sueldo que ganan no les permitiría comer en el lugar que trabajan y lo más grave, al yo entrar al restaurante como cliente, yo pagaría parte de ese salario.
El mesero se acerco y me preguntó con una molesta salamería
--¿Le servimos un aperitivo al señor?
No, gracias.
--Tenemos vinos de...
No gracias.
Nuevamente provoque el desagrado en otra persona, en los pocos minutos que tenía yo en ese restaurante.
Me trajo el menú, el cual me llamó la atención, por la gran cantidad de nombres impronunciables que estaban escritos, y aqui recuedo lo que me padre me aconsejo un día...Nunca comas nada que no puedas pronunciar.
El mesero, me veía impaciente, mientras yo me divertía preguntandole por los platillos enlistados.
--El señor desea que le sugiera algo en especial, me preguntó más que impaciente.
Si le conteste, le suplico me diga cual es la cantidad de minoacidos y proteinas que tiene este que llaman la especialidad de la casa, así como la temperatura en la que van a cocinar estas verduras, pues no quiero que se pierda la humedad relativa de su corte.
Note que se descontrolaba, y volteo pidiendo ayuda a otro mesero, pero este más elegante, quien se acerco en respuesta a la mirada angustiada del mesero, y me dijo:
Soy el capitan, ¿algún problema señor?
Aquí siempre me descontrola eso de capitan, me preguntó ¿si tienen autoridad, para casar a novios desesperados, o simplemente seran los ultimos en abandonar el restaurante en caso de emergencia?
Ninguno capitan, solo necesitaba información elemental de lo que me voy a comer, y le repeti las preguntas.
El capitan más que descontrolado, me dijo que lo averiguaría y se retiro, dejando al mesero con cara de asustado, ahí me di cuenta que ese capitan, nunca sería el ultimo en abandonar el restaurante.
Sonriendo le pedi al mesero dos platillos, que si pude pronunciar.
Antes que llegaran mis platillos, un amable señor, con elegante traje se me acerco y pensé en la ridicula corbata que llevaba, hasta qu caí en cuenta, que era una cuchara de plata.
---¿Algun bebida en especial, un ambiental tinto, o tal vez un refrescante blanco?
Si; por favor una pepsi con mucho hielo.
Claramente esperaba esa respuesta el hombre de la cuchara de plata, pues levanto la vista y la voz, al preguntarme nuevamente, creo que esperando que los demas comensales, lo escucharan:
---¿Algún año en especial?
Si, conteste, tanto en tono como en volumen de voz identico al que el uso para preguntarme, quiero una embotellada del 91, con chorcolata de corcho, y antes de servirla por favor la deja respirar un poco, para que las burbujas asciendan y no quede asientos gaseosos.
El tipo se retiro descontrolado, note su perturbación, pues todos saben que la pepsi, hasta la embotellada del 90 uso corcho.
La comida transcurio en calma para mi, el mesero solo dejaba el platillo solicitado y desaparecia de mi mesa.
El postre una vez que el mesero lo pudo apagar, pues llegó con lumbre por todos lados, fue delicioso.
La cuenta, una vez que le restaron la fecha, que por un circunstancial error del cajero, le habian sumado, no fue tan gravosa.
Fumaba y disfrutaba el final de la pepsi, que gentilmente acepte fuera de otra embotellada diferente a la solicitada, se me acerco una amable dama y me dijo en franco reproche.
---No entiendo por que se envenena sus pulmones con esa porquería de tabaco, pero al menos cambie de lugar, pues su humo nos llega a nuestra mesa.
Efectivamente pese a que ellos estaban en la zona de no fumar, el humo de mi cigarro lograba tenuemente llegar a su mesa.
Mi distinguida señora, lamento profundamente que el producto del tabaco con sus terribles toxinas, invada su espacio, lo apagare inmediatamente, pero lo suplico algo a cambio, que tambien me ofende a mi sensibilidad olfativa.
---Digame usted, me preguntó fria y altivamente.
Su perfume es altamente irritante, pues independientemente de su raro origen hormonal, la gran cantidad que indiscutiblemente usted uso, ofende totalmente mi fosas nasales.
--Sepa usted que es carisimo y muy exclusivo, contestó con fuego en los ojos
Cosa que no dudo, pero le dire que tengo entendido que el perfume se usa despues del baño, no en lugar del baño.
La dama se retiro bastante molesta, y realmente me puse a pensar lo facil que es pedir consideraciones, pero que lejos estamos de darlas.
Al salir del sitio elegante, grabe el nombre y la dirección en mi mente, pues estaba seguro que sí yo volvia a ese antro, no me permitirian el ingreso nuevamente por lo tanto mejor yo los borraba de mi lista de donde gastar mi dinero, pues aqui recuerdo algo más que me enseño mi padre, siempre habra más gente ofreciendo sus servicios, que solicitandolos.
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