Una mujer es una vida,
que duerme, en su vientre fecundado.
Un principio de amor, una quimera,
que despierta el surgir de la ternura,
de una pared que, solo, hace el milagro.

Desnudando el tiempo, retoñando...
Buscando entre sus dedos el prodigio
de vivir siendo el sueño de un capullo,
escapando del vértice espinoso,
como un lirio cansado en su dulzura.

Subiendo el corazón hasta una espiga,
contando las estrellas y la lluvia,
sangrando amor, en su sonrisa,
enroscando sus sueños con la brisa.