Ayer acompañé a mi madre al cine, bueno, yo iba de carabina, el tercero en discordia, mamá estaba acompañado de un tipo que ha conocido en el centro de jubilados, no sé como no le da vergüenza, tiene al menos quince años menos, sobre setenta y cinco creo...
Sacamos billete para ver The Guardian, la última de Kevin Costner, mi madre dice que se lo comía entero, tiene noventa años pero es una guarra de cuidado. Ella y su nueva parejita se colocaron en la primera fila, mamá me dijo que me colocara en la última, no entendí a que diantres venía la decisión. La peli fue un muermo, mucho agua, mucho helicóptero y muy machotes...ahí no estuvo lo interesante, como fuimos un martes, no había nadie en la sala, y a mitad de la película me da por echar un vistazo a la primera fila y vi algo extrañísimo, al contraluz de la pantalla, observé como la cabeza de mi madre subía y bajaba, aparecía y desaparecía, arriba y abajo, mientras la mano de ese tipo le imponía el ritmo. No me lo podía creer, decidí levantarme y salir a comprar unas palomitas de maíz, al menos hasta que acabaran.
Ahí no terminó la cosa, cuando salimos del cine, mi madre me dice que se ha olvidado la dentadura en las butacas, ¿ Y quién es el cretino que tiene que ir a buscarlas? Yo, el hijo, el solterón y calzonazos. Cuando la encontré la lié en un clinex y se la di, menuda cara de satisfacción llevaba el tipo ese, y me miraba como si no hubiera pasado nada, mi madre le habrá dicho que soy retrasado o algo parecido...la mato, a la muy puta la mato...
|