El cisne me vio,
Vino a ver quién era yo,
Intruso entre sus pajonales.
El cisne me vió
Y puso a mis pies,
La pluma que sacó de su ala
Pues su sueño
Era volar conmigo.
¡Ah cisne!, príncipe de los ríos y charcos,
Señor de mi estanque,
Me viste aparecer,
Y quisiste que volara contigo.
Cisne, que tu cuello inclinaste
Cual noble caballero,
Cual princesa danzante.
El cisne me vió,
Puso su mirada en lo que hacía,
Abrió sus alas
Y con él me llevó,
Pero antes me mostró,
La verdad de su secreto,
Amar a la madre,
Amar al padre,
Ser hermano,
Nunca ser dueño,
Sino propietario.
¡Oh Cisne!, cuán deseables son tus vuelos,
Vuelve a mi estanque,
Nada en estos ríos,
Que están solos y fríos,
Sin tu presencia,
Las aguas no se mueven,
Ni los ríos corren a su destino:
El mar perpetuo.
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