Desde aquella última ida al velatorio el grupo de amigos había declinado su número de miembros, restando sólo tres.
Hoy uno más abandonaba esa hermandad remota engrosando las filas mortuorias. Aunque nunca imaginó que sería él...
Texto agregado el 27-01-2004, y leído por 248
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Lectores Opinan
02-02-2004
Nunca nos paramos a pensar de que estamos en la lista. Y lo mas malo es que no sabemos que numero tenemos. Bicos FranLend
27-01-2004
Dicen que el último pidió que a su ataúd le pusieran las manillas por dentro para llevarse el mismo al cementerio. Eso es un chiste viejo y típico de velatorios. Una realidad que a nadie debe sorprender. Casi una reflexión, linda. Mis estrellas gui
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