El alguna vez legendario héroe OKTUBRE se transformó en desgraciado buscador del destino milenario.
Vagando en la ausencia de su amor infernal que en maldición transfiguró su eternidad. Aquella Diosa del alma que con el fulgor de su llama quemó para siempre su pobre ánima.
NeferKa había sido la facinerosa heroína, que con afán rasguñó del titán sus ilusiones de estima.
Cuenta la leyenda que la venerada deidad OKTUBRE de pleno poder entre los dioses gozaba, pero que su corazón nunca había sido calmado con amor de verdad. Sosiego porvenir le esperaba a este grande y contento con su autoridad volvió a sus aposentos a esperar que pase la infinita eternidad.
Cruel anatema dejaba al dios sin una dulce compañía, amargo carácter que por no conocer el amor lo condenaba a su solitaria vida.
Cuando de la nada surgió en su templo Neferka, preciosa diva de inesperada presencia, con desprecio miró OKTUBRE a su visita hasta que notó su tan explícita belleza. Quiso entonces la ancestral divinidad controlar sus impulsos por amar pero los ojos de Neferka hicieron de la tarea algo imposible de labrar. Desesperado por un beso de sus labios le ofreció su vida, su corazón, y sus reinos, Más la diosa sólo su alma quería.
Y de las inmundicias del pasado emanó entonces el terrible hedor del fracaso, convirtiendo la luz en tinieblas y los serafines en demonios de caras malévolas.
Y fue la ironía del amor que convirtió al todopoderoso en un simple ser sin alma, Neferka se adueñó de él, quién ahora deambula por los cielos, con todo el poder y toda la impotencia en un mundo que a él le solía pertenecer, y sabiendo que solo su amada le es menester.

ACLARACIÓN: OKTUBRE era el seudónimo con el que firmé mis primeros escritos, ¿Suena presuntuoso?