Inicio / Cuenteros Locales / maidenista / Pero siempre frente a lo terrible, si somos alegres y fuertes, debemos admirar y sonreír
Pitó fuerte del cigarrillo encendido haciéndolo brillar infierno. Exhaló y se torció una sonrisa en su rostro. Tu maldad es mostrar la hilacha, no te molesta mostrar me dijo y achicó la sonrisa que acentuaba la frase. Él era el único responsable: venirme a preguntar qué es la felicidad, ¿y que yo no diga nada? Que me haya rehusado a contestar ante aquellos otros, y no por no tener que decir sino porque no fuesen los indicados como interlocutores, no debiera de asombrarlo, y por ello tal vez fue que me preguntó; sabría que ante él mi negativa no se mantendría.
Pero siempre frente a lo terrible, si somos alegres y fuertes, debemos admirar y sonreír, porque compartimos su naturaleza, y ningún daño, si es digno y poderoso, debe ofendernos; por el contrario, debemos elojiarlo y desprendernos de todo carácter personal: “No es con vos, es con tu dolor” dijo el torturador. Y no teniendo que aclarar eso, supe que podía hablar y no esperar ni un segundo más para revelarle aquello a Gabriel, quien entendería la magnificencia de lo terrible. |
Texto agregado el 13-10-2006, y leído por 127
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