Tela curtida en fuego, ríos de hilos bordados
Que sobre tu desnudo, pero delicado hombro
Descansan jubilosas, sin atisbos ni asombro
Son tus finos cabellos, como lirios bordados
Esa estatua erigida, que en vela yo la renombro
La oculto entre mis sueños, como fino tesoro
Para no borrar tu alma, que he plasmado con mi oro
tu cabello rojizo, es gema sobre escombro
Mas al verte lejana, sin los besos que añoro
Iriso esa sombra, que junto a mí has dibujado
Para capturar tu alma, con olor macerado
Para acariciar así, besarte con decoro
Apoyando mi frente, sobre el regazo de oro
Con aroma de flores, de este jardín crecido
Te contemplo embobado, cual pirata perdido
En este mar de dudas, donde logro flotar
pues me aferró a la barca, que dejaste sin mar
Y ahora a la deriva, se que yo nunca he vivido
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