Te veo de lejos,
tu me observas también,
las lagrimas recorren nuestros cuerpos,
y nos sabemos remotos,
uno del otro estamos alejados,
yo te grito,
ahogado lo hago,
tu sonríes,
tu cara no cambia,
esa cara angelical y
tu boca callada.
Trato de correr,
de estar cerca de ti,
pero tu te alejas,
en un camino sin fin,
estiras la mano y
vuelves a sonreír,
sudado, angustiado, yo
abro los ojos
te veo a mi lado,
me sonríes de nuevo
y la distancia se vuelve nada.
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