Con la aparicion de la luna un invitado muy especial llego, pero por el momento ninguno de los dos lo sabia o presentia. Ellos seguian saboreando su vista con el espectaculo de medusas que servia de faroles en el lago. Una especie de medusas pequeñas y blancas capaces de elevarse unos cuantos centimetros de la superficie del agua, de las que procedía una fuente de luz de su interior, algun sujeto de aspecto lugubre por cientos de horas de estudio y investigación las había catalogado simplemente como: medusas luciernagas, pero mas que nada porque solían comerse a éstas, que por otra cosa. Sus miradas se cruzaron timidamente, y se volvieron a las medusas. Se preguntaban cuando llegaría su invitado. No obstante éste ya había llegado, pero se le había cruzado una idea, seria otro dia, y ya inventaría la excusa. Antes de irse decidió que faltaba unas estrellas en el cielo, y una tonada suave de hojas moviendose, trazo algunas estrellas él mismo y le pidió de favor a los árboles lo que restaba. El resto de lo que pasara no estaba en sus manos, echó una mirada rápida hacia atrás y se fue en la primera corriente fuerte de viento.