Sonó el despertador. El cansacio vence cualquier otro deseo.Sin embargo, la obligación, más que la costumbre me incita a levantarme. Te hice a un lado con la esperanza de que no te despertarás, más todo fue en vano. Tus ojos llenos de holganzas se negaban a obedecer. Yacias en un pose invitadora. Te conocí enamorada de otra mujer. Es extraño, eras la primera lesbiana que regresa al origen, a la necesidad de sentir un cuerpo contrario a su sexo, en realidad eras bisexual, uno de esos peces se deleitan en el mar y juegan en la tierra.
Protestaste ante el desayuno, no había más que cereal y leche. Preferiste esperar, ir a tu casa y hacerte unos huevos con jamón y tocino. Camino al trabajo todo era pensamientos que se trasminaban através del cristal del vagón. Al llegar a mi destino sólo pude sonreir y pensar "bendita sea la cerveza".
Saliendo del trabajo me dirijo a tu casa, en la entrada hay unas chicas de buen ver, que no me quitan la mirada. Toco el timbre y estás con ella.
Me despido, más por cortesia que por ganas. Me miras y aguantas la mirada.
En casa,a punto de dormir, alguien toca a la puerta. Eres tú, también ella. El olor etílico me hace recordar la noche anterior. Se ponen comodas y yo me limito a ofrecerles algo de beber, con alcohol por supuesto.
En poco tiempo, se besan y se acarician. Yo las dejo hacer. Cuando ejercerces tu dominio, te limitas a mirarme, mientras su cuerpo pide le des vida.
Insisto, quiero cooperar pero ella se niega.
Más alcohol y la cosa mejora, ya me deja acariciar su cuerpo.
Un poco más de tiempo y te asoleas en dos soles. Tu cuerpo derrite su epidermis y en mi cuerpo la lluvia se desata.
Las dos siguen, el cansancio me vence y entre mis penumbras somnolientas las escucho.
No fue un sueño.
Al amanecer, cuando despertaron, me miraron, sonrieron y sólo atinaste a decir: "Fue una agradable experiencia, pero siempre es mejor una mujer para otra mujer." |