Reposición... para mi que lo había subido hace tiempo, os lo juro por la cobertura de mi móvil…pero hoy he visto que no está.
Lo que cuento a continuación es algo que comenzó a ocurrirme hace ya algunos años. A resultas de una estresante situación que no viene a cuento; caí en la mas profunda de las depresiones. Esta se desarrolló en toda su intensidad, nada de mediocridades, que yo no sirvo para eso…: depresión de caballo con sus crisis de ansiedad, sus episodios de pánico; dolor precordial, sensación de parálisis, agorafobia, palpitaciones, sudoración, ahogos e imposibilidad de conciliación del sueño…De libro, todo un poema.
Naturalmente empecé mi particular peregrinación por psicólogos especialistas, psiquiatras, charlatanes y entendidos; todo esto con resultados desiguales; en unos casos eran malos y en otros simplemente desastrosos.
Desde el prozac hasta el Saint John's Worthel; pasando por la alimentación macrobiótica, el magnesio; el litio; las estancias en balnearios, el ejercicio aeróbico y hasta el sexo por prescripción facultativa; (ojo, que no es un farol)…; lo probé todo sin demasiados resultados. Para mi desesperación, no era capaz de salir de aquella miseria emocional, ni por mi mismo, ni con la ayuda de ciencia médica o pseudomédica alguna.
Cualquier opción resultaba inútil, ningún tratamiento me acababa de sacar de mi desesperante estado ni terminaba con mi preocupante patología...hasta que tropecé con lo que sería al cabo, la solución a todos mis problemas.
Descubrí, por pura casualidad un buen día, que lo único que me tranquilizaba y me sacaba del negro pozo de mis desdichas anímicas eran los documentales de monos… Si...cualquier documental donde apareciesen monos. Ya podían ser chimpancés, gorilas, macacos, lemures u orangutanes. Ante la televisión y con un buen documental de motivo simiesco; todas mis dudas existenciales e ideas negativas desaparecían y mi vida se mostraba de otro color.
Casi sin darme cuenta y a partir del momento de mi descubrimiento, empecé a comer, dormir, trabajar…con normalidad; mi estado de ánimo se tornaba inmejorable... el milagro se estaba realizando gracias a National Geographics; Discovery Channel, Odisea... y la positiva terapia que ejercían los documentales de estos canales de televisión sobre mi dolencia.
No me pregunten de que forma, un documental sobre el mono araña de Madagascar o sobre la alimentación del macaco japonés, puede interactuar de forma tan positiva en un proceso como el que yo padecía, quizás la llamada de vínculos ancestrales?...; solo sé que toda la somatización desapareció, invadiéndome gradualmente un estado de excepcional bienestar. Estos cuadrúmanos directamente emparentados con nuestra raza, me habían devuelto la vida y nunca podré demostrar agradecimiento suficiente para ellos.
A raíz de estos sucesos, jamás viajaba sin mis cintas de video monográficas, (nunca mejor dicho): sobre la reproducción de los monos aulladores o las migraciones del mandril pongamos por caso... Además solo me alojaba en hoteles que tuviesen TV por cable, e instalé un gran televisor en el dormitorio para conciliar el sueño mediante este extraño pero efectivo método curativo.
Ahora, ya curado, apenas si tengo tiempo para ejercitar lo que era mi afición favorita y solo puedo dedicar a mis primates tendencias la sobremesa de algún domingo. No obstante, si en algún momento me siento pesimista o apático; nervioso; preocupado...; o tengo dificultad para conciliar el sueño, acudo presuroso a esta efectiva receta, me administro vía ocular unas dosis de bonobo congoleño o de Tití cariblanco...y tan fresco.
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