Corría, sin detenerse, corría por su vida. Ella siempre supo que debía correr y correr...
Con 30 grados y el pelo mojado seguía corriendo.
Quien sabe, quizás corría para escapar, para liberarse de tan dolorosa situación que provocó Benjamín en su vida.
En una semáforo se detuvo, exhausta...pensó todo lo que tenía que pensar y meditó sobre aquello que la apedreaba...las incógnitas subjetivas recorrieron por un segundo su vista, ahora miraba directamente, en caída libre al suelo.

Lo miraba, lo analizaba( ¿ cuándo barrerán este basurero?), hasta que golpeó en su mente el martillo de un martirio presente.
¿ Dolor? Sí, pero más que dolor, era espeluznante, con eso le agregamos un poco de sazón, ¿ no creen?...

Todo concluyó en que Benjamín cerró una puerta de golpe, la cual se debería haber cerrado con el viento, solita, y el muy imbécil la cerró con llave.
- pensó ella misma cuando se pregunto si misma entendía lo que sucedía-

Parada en el semáforo, se dispuso a caminar, ahora lo hacía arrastrando la pena, y tropezándose entre vereda y calle ( no te cuento como vio a las hormigas cabezonas). En un momento, se cayó definitivamente y directamente hasta el fondo, y lo tocó, créanme...
Imagínenla, paralizada y boquiabierta mirando hacia arriba, transpirando como si viniera de una carrera y sollozando todo el tiempo...

Hey,¿ Dónde se supone que está Dios cuando lo necesito?- me pregunté odiosamente, me pregunté reiteradas veces, y ¿ qué creen que me respondí?, EN NINGÚN LADO, PUES CLARO, NO ESTA NI AQUÍ NI ALLÁ...

Saqué la conclusión que pude haber hecho algo, pero todo siempre sucede rápidamente, SIEMPRE,( empre) , sobretodo cuando se trata de esto, de este tipo de problemas que te punzan la boca del estómago como si tuvieras un café cargado y te estuviera quemando tu esófago lentamente...
Eso es lo que me sucede ahora, aunque esta vez la taza se derramó, ya no hay vuelta ni que baile que darle, todo ya estaba tan hecho, tan magníficamente y matemáticamente hecho que daba hasta miedo acordarse...
Decidí dirigirme a mi casa...caminé mirando a los vecinos, todos reían estúpidamente de la vida, y yo, aquí lamentándome, pensando que quizás fue lo mejor, que se yo, lo que sea, finalmente lo que sea...

Los ojos curiosos de atrevidos se posaron en mi cabeza, sentía que me miraban desde arriba, castigándome y reprochándome...apuré el paso...saqué la llave ( tiritona), estaba helada, me dolió hasta los huesos sentir ese frió color muerte....abrí la puerta; no había nadie, las cortinas lloraban su ausencia, y yo me arrepentía cada vez más..¿ Cómo llegué a ser tan idiota para no darme cuenta lo que tramaba?

Ahora que lo pienso, en sus ojos no había brillo alguno, sólo un negro precipicio donde se posaba de vez en cuando el egoísmo...¿ porqué le hice caso?...tutuuuuuuu...tutuuuuuuu...sólo eso se oía eso en el teléfono cuando marque hacia la policía..corté...

En medio de la nada, Ana se sentó en el suelo, y se tapo los ojos, en posición para llorar...las lágrimas quemaban, y los ojos hinchados se quejaban, trató de reincorporarse, de olvidarse de tal situación, de pensar que quizás este estúpido siguió su destino, lo tachó para siempre, y lo dejó lleno de angustia...

Miré a todo lados, buscándolo, me hacia falta su risa...en un momento creí oír sus pequeñitos pasitos, la escalera crujía entre cada peldaño, como si estuviera bajando para saludarme después de una larga jornada...
Quizás eso lo soñé...pensé...
Obvio que no era nadie, acababas de matar la esperanza... vestigios de culpa resecaban la garganta...

Finalmente, se acomodó como podía, hizo la posición fetal y se durmió en contacto con el polvo de las polillas y un homicidio preparado....