Lo has sabido comprobar con todo y dientes supongo ahora, e ahí la razón del porqué uno de mis numerosos seudo nimios, el primero en lista de mis alias, esos que no todos me conocen pero quien lo hace comprueba acaso el porqué de tal denominación.
Acaso nunca hasta que leas esto, hayas reparado en buscarle un motivo a cada uno de esos sobrenombres, ¿ahora entiéndes el por qué de ser así también llamado? Espero que te deje un buen recuerdo todo esto, por más que no entiendas ahora muchas cosas de mí.
Ya no lo pienses demasiado, las cosas pasan por algo y acaso sea mejor así, no me arrepiento de nada y espero te pase lo mismo, los buenos momentos, esos que nos llevamos después y más allá de las palabras y los llantos, son los que seguramente harán que cuando me recuerdes te arranque de nuevo una sonrisa.
Todo esto habrá valido la pena entonces, mucho después de que nos llegue acaso la hora de la desilusión y el fatuo olvido acumulado, después entonces de que no volvamos quizá nunca a vernos a los ojos, cansados ahora por el llanto y la fatiga de buscar cuerpos lejanos.
Es en un día como estos en que me pregunto... ¿Qué tengo en las manos? ¿Cenizas, fuego, polvo, el paso de los años, un cuerpo dormido, un llanto sentido, un dolor añejo o un cuento jamás contado? Y por eso, mejor me pongo a escribir un poco, para mantenerlas ocupadas lejor de cualquier modo de venganza, porque después de todas estas reflexiones, espero poder marcar tu vida por algo más que eso. Ojalá que no me olvides, porque en mi mente siempre habrá un lugar donde pueda recordarte. |