Decía que tengo un huésped, y que preferiría no despertarlo. Mi huésped no es cualquier hombre, pues nos amamos desde niños. Y además es especial porque cada cierto tiempo coge una caja con algodones, se los pone en las orejas y comienza a hablar en un dialecto extraño, extraño para alguien que como yo, no sabe nada ni de africano ni de chino mandarin, él dice habla con Sideniu su padre, aunque que yo sepa su padre se llama Alfonso y está paralítico desde un accidente.
Mi amigo lleva el nombre de Freud, vaya nombrecito inducidor de anomalías en la chirimoya, yo creo que a los padres habría que ponerles una multa o amenazarlos con posibles locuras antes de poner nombres a sus hijos, talvez ponerlos a hacer ejercicio por días o meses según cada requerimiento, pues como decía mi profesora de educación física, que por cierto era muy gorda, el ejercicio es buen alimento para la cordura. Debe serlo porque ella era una sinvergüenza, que nos exponía a sus grasas anormales en el vestidor, como si se quitara un anillo y no el buzo con el que más que ser humano parecía un embutido sin garantías de sanidad.
Ya antes he conocido algunos otros locos, digamos tocaditos como solía decir mi madre, como cuando le dije que no me gusta usar ropa interior y que nada me haría cambiar de opinión y que esos calzones que me ha comprado, y que mas parecían unas cortinas barrocas, en el mejor de los casos tendrían uso como servilletas.
Pero quien no tiene un loco cerca, hasta mi hermana que es tan modosita con todo lo que elige y que según dice, de haber conocido a su suegro no se casaba, y la verdad no exagera, pues ese señor tiene unos delirios de grandeza casi tan grandes como su infortuna y tan antiguos como dice tener el abolengo, si hasta se había conseguido de quien sabe donde una corona de oro, antiquísima según dijo, corona llena de plastiquitos de colores y de la que dice también, esta hecha justo a su medida y que, para no parecer tan petulante y soberbio como ya le han dicho, usa nunca.
Pues al parecer también sufre de amnesia, pero yo no sé bien si se hace o es, porque ya entrado en copas como en el último cumpleaños de mamá y sin una pequeña chispa de modestia, se puso insoportable, creyéndose más poderoso que Pachacutec y mas amado por su plebeyos que el mismo rey Ricardo corazón de león , se paseó entonces por entre los invitados, pidiendo que se arrodillen ante él, inclusive con los que hacia unos minutos había estado hablando de ir a jugar golf, pidiendo con voz de mando q le hagan la venia correspondiente. Y así lo hizo también cuando llego frente a mí, desconcertándome, las huevas del gallo, pensé, viejo de mierda no me arrodillo ante ti, ni aunque de eso dependiera tu muerte, si quieres que se arrodillen que lo haga tu chofer y q te la mame, el y todos tus demás amigos del club.
Continua la historia en el capitulo siguiente….
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