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el arte de escribir XXIV


Un hombre mayor consigue un trabajo de mensajero. Debe repartir unas tarjetas de Navidad, deseándoles felicidades a todos los clientes del pueblo. Tiene que ir puerta por puerta llevando el uniforme naranja del negocio.
Al principio no hay problemas, más allá de algún portazo o alguna mira-da burlona. El viejo entrega la tarjeta, dice feliz Navidad y con la sonrisa aún puesta sigue su recorrido.
Es en la puerta de unos conocidos cuando, después de desearles felici-dades, comenta el accidente de un micro en la ruta de entrada. Dos o tres puertas después mientras entrega la tarjeta, sin poder evitarlo le pregunta al dueño de casa si sabe todo lo que creció el índice de desempleo. En la casa siguiente, antes de que le pregunten nada, confiesa que no tiene un peso y que se siente miserable usando ese uniforme.
A los últimos, apenas abren la puerta, les dice alguna grosería o direc-tamente los insulta.
A la noche, al llegar a su casa, todavía le quedan muchas tarjetas por entregar. Escucha la radio local. Hablan de él. Todos tienen algo para decir. Que le admiran el coraje o que le censuran la audacia, que es un idiota o que merece ir preso. Incluso los que todavía no fueron visitados, confiesan estar esperando con cierta curiosidad a este mensajero con uniforme naranja.
Piensa en que esta es la oportunidad que tanto ha estado esperando. Y que no se le va a repetir. Por fin será escuchado. Le quedan todavía suficientes puertas como para no pasar desapercibido. Probablemente lo echen del traba-jo, pero eso es lo menos importante. Escribirá en las tarjetas que le quedan por repartir. Se imagina que son como las botellas vacías de los náufragos y que están esperando a que él les ponga un mensaje y las lance al mar. Toma papel y lápiz y comienza a planificar tácticas y estrategias, a pensar qué quiere decir, cómo lo quiere decir. La mañana lo sorprende demacrado y rodeado de bollos de papel en el piso.
Ese día el pueblo recibe a un mensajero vencido y ojeroso. Reparte en silencio unas tarjetas que en letra impresa dicen Feliz Navidad y en donde, de-bajo, escrito con lápiz en una letra desprolija y apurada, se puede leer : y Feliz Año Nuevo también.

Texto agregado el 10-10-2006, y leído por 94 visitantes. (0 votos)


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