Me siento en el segundo vértice de un triángulo
acomodo mis dedos,
prendo un cigarro,
y me arrastro al costado derecho
me siento, y soy un punto,
ahora una bisectriz, sin uñas,
sin látigo,
me vuelvo un trazo entrecortado
que parte de mi pupila,
hasta mi cuajo mas obsceno
no hay catetos que me entretengan,
ni la hipotenusa que rozaría con mi entrepierna,
y al caer en el vació de una línea
no sentiría los cosquilleos fétidos…sólo resbalaría
y soplaré y soplaré…
hasta derrumbar tus clavos en la espalda,
hasta avanzar en un barco,
dentro de una botella de vidrio,
dentro de una tilde sin relleno
sentada vomitaré,
arrancaré mis botones,
mis hilos,
mis pestañas con nudos,
y cada intuición amarilla de mi cartílago
ya que el karma es mierda,
una lentejuela del caos y del descanso,
simplemente porque mi karma ahora tiene tres lados
y mi teoría se está ahogando en vino
me siento a fumar en el segundo vértice,
siento vértigos,
siento amapolas adornando mi cabello,
sensaciones que dilatan mi pellejo,…sólo eso,
el principio de la unión en puntos,
como los de mi pecho
y fumaré y fumaré…
hasta la segunda trama del isósceles,
hasta la morgue de la marihuana,
hasta que un círculo lento se haga un cuadrado
y yo….yo sea una comilla.
Y el cenicero…? |